Manuel Martínez: «Queremos que se vea la música clásica como una opción de ocio»

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

M.MORALEJO

La Orquesta Clásica de Vigo interpretará «La misa de la coronación», de Mozart

04 abr 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El 20 de abril, la Orquesta Clásica de Vigo interpretará en el Teatro Afundación La misa de la coronación, de Mozart. Al frente de la dirección técnica de la agrupación, decana de las orquestas clásicas de Galicia, está Manuel Martínez.

—¿Cómo afrontarán este clásico de la obra de Mozart?

—Quisimos hacer un proyecto bastante ambicioso para cerrar la temporada. Después del Requiem, es la obra litúrgica más reconocida de Mozart. Contaremos con la participación del Orfeón Terra e Nosa, un coro histórico de Compostela. Es un concierto complejo por las dificultades para ensayar debido a que residimos en ciudades distintas. Sin embargo, nos permite conectar entidades bastante parecidas, lo que provoca que las audiencias se coordinen y se puedan afrontar proyectos interesantes. Las dos agrupaciones interpretaremos esta pieza en la catedral de Santiago, el día 11 de abril, y después, el 20 de abril, en Vigo.

—¿Es una composición compleja desde el punto de vista musical?

—Tiene su complejidad, pero es en el repertorio clásico donde tenemos mayor experiencia.

—En este 2024, la orquesta cumplirá 40 años de existencia. ¿Lo celebrarán de una forma especial?

—Cumpliremos 40 años el próximo 8 de junio. Ahora, estamos trabajando para presentar una programación conmemorativa de este evento.

—¿Ha sido complicado mantenerse durante tanto tiempo?

—Los medios económicos que tenemos no son justos, son justísimos. A veces, pensamos que hacemos más de lo que deberíamos porque el entorno de orquestas en Galicia está mejor dotado económicamente que nosotros.

—¿Cuál es el motivo de la existencia de la orquesta?

—Nació para cubrir la ausencia de orquestas en Galicia. Ahora que eso ha cambiado, nos centramos en consolidar audiencias, es decir, que nuestro entorno entienda que la música clásica es una opción de ocio y que debería estar en nuestro día a día. Creo que lo estamos consiguiendo. Y por otro lado, a nivel interno, consolidar el trabajo de orquesta entre los instrumentistas, que no es tocar una obra y desaparecer, sino que implica un trabajo diario para alcanzar un sonido reconocible y propio.

—¿Cómo se mantienen?

—Principalmente, con la venta de las entradas de los conciertos que realizamos, por eso es tan importante que la gente acuda a los conciertos. A través de ellos, vemos si interesa o no lo que hacemos, y, al mismo tiempo, financiamos nuestros proyectos, que son muy costosos.

—¿Qué tienen en cuenta cuando realizan sus programaciones?

—Primero, las capacidades que tiene la plantilla para afrontar lo que se está demandando en cada momento, porque un concierto es darle vida a una obra y contar una historia a la audiencia. Para que sea interesante, hay que conectar con alguna necesidad del momento. Nos pasó este año con Reveriano Soutullo. Cuando supimos que se cumplía el aniversario de La leyenda del beso, comenzamos a trabajar en esa línea. Entendimos que el centenario vital de Soutullo no tuvo el reconocimiento que debería haber tenido. En este sentido, queremos movernos en una campo en el que se aporte algo al público y que deje una huella.

—¿La audiencia viguesa responde a los conciertos?

—Sí, aunque Vigo tiene un contexto cultural muy complicado. La demanda en Vigo no es la que se esperaría de una gran ciudad. En los últimos años, nosotros trabajamos para consolidar audiencias y actualmente, creo que estamos bastante bien. En el último concierto quedaron cinco entradas sin vender, y el ciclo órgano en la concatedral fue un éxito de asistencia. Claro que queda mucho trabajo, pero la respuesta está siendo buena. Además, no estamos hablando de algo masivo.

—¿Han trabajado la promoción de las futuras audiencias?

—Sí, hace unos años trabajamos los conciertos didácticos, pero para seguir esa línea hacen falta recursos. Lo que sí hemos hecho es trabajar en proyectos de acercamiento de los colegios a nuestros conciertos. Para ello, aprovechamos las pruebas de sonido, un aspecto que no sirve para el público, pero sí actúan como vía de acercamiento a la música en directo.