Venezolanos viajan toda la noche para poder votar en Vigo

Luis Carlos Llera Llorente
luis carlos llera VIGO / LA VOZ

VIGO CIUDAD

XOAN CARLOS GIL

Caravanas desde Asturias para registrarse en el consulado

13 abr 2024 . Actualizado a las 12:10 h.

Se levantó a la una de la madrugada en Langreo y condujo por la noche para inscribirse en el consulado y poder así votar. Ana Cristina Vargas es una de las venezolanas expatriadas y residente en Asturias que ayer se hicieron 350 kilómetros para apuntarse a la sede diplomática de la República Bolivariana con el fin de ser atendidas las primeras y no tener que volverse de vacío a su nueva patria chica. Ana regentó una librería en Langreo durante los últimas años, pero tuvo que cerrarla porque sus ingresos no eran los que esperaba. «Ahora estoy buscando trabajo porque mi pensión de Venezuela es de tres euros al mes». La librera viajó hasta Gijón y allí se subió a otro coche en el que prosiguió hasta Vigo con otras compatriotas como Indirah Coronado, que lleva veinte años viviendo en Gijón, y Ailid Sojo, que también reside en esta ciudad portuaria pero lleva menos tiempo en Asturias.

Indirah dirige la asociación Almena que se dedica a la ayuda de venezolanos que no reciben los medicamentos necesarios en su país. «Trabajamos sobre todo con niños de fibrosis quística porque están desprotegidos, atendemos a 180 en toda Venezuela», cometa la mujer que fue cocinera y que tuvo una lesión en la mano y no puede manejarla bien porque le tuvieron que colocar cinco clavos para sujetar los huesos. Estas tres mujeres salieron de Gijón a las dos de la madrugada en una caravana de varios vehículos y llegaron a Vigo a las 8.00 horas. Después de desayunar fueron las primeras en ponerse a la fila delante de la puerta del consulado que lleva toda esta semana registrando a las personas que desean apuntarse para poder votar en las elecciones presidenciales de Venezuela el próximo 28 de julio.

Los venezolanos han tenido que venir de Asturias en varios coches porque no pudieron fletar un autobús. «El conductor del autocar nos quería cobrar 1.900 euros en mano», se quejan.