¡Así planchaba que yo lo vi!

YES

BENITO ORDOÑEZ

COSER Y CANTAR De eso se trata, de que las tareas domésticas no nos agobien porque no sabemos ni por dónde empezar. En Madrid han inaugurado la primera escuela de amos y amas de casa, que ya ha impartido un taller en Galicia

28 mar 2015 . Actualizado a las 05:22 h.

«Hogar, asqueroso hogar», decía un jovencísimo Tom Hanks cuando entraba por la puerta de su desastrada mansión en la película Esta casa es una ruina. El mejor ejemplo de que un hogar patas arriba nos puede cambiar el carácter. Pero poner en orden una casa y llevarla con eficacia no es tarea fácil. Todos recordamos a esa abuela (algunos tendrán la suerte de tenerla aún a su lado) que nos enseñó a coser un botón, a quitar una mancha de tinta de nuestra camiseta preferida o a cocinar un guiso. Esa sabiduría doméstica que se trasladaba de generación en generación, en las sobremesas o con una llamada de teléfono fugaz en un momento de apuro, esas enseñanzas heredadas sobre el hogar, se están perdiendo. Porque nuestro modo de gestionar una casa no se parece en nada al de nuestras queridas abuelas. Hay iniciativas que prometen simplificarnos la vida, enseñarnos a cuidar del hogar, economizando tiempo y esfuerzo mientras disfrutamos de la tarea. Es el objetivo de The Home Academy, la primera escuela de amas y amos de casa. 

CUIDAR NUESTRAS VIDAS

Una aventura empresarial a la que empezaron a darle forma en Madrid hace dos años tres mujeres: Rita Cifuentes, Gema Medina y María González. Se definen a sí mismas como home lovers. «Siempre he tenido la sensación de que el hogar necesitaba de ayuda. De alguna forma nos pedía considerarlo y cuidarlo como algo vivo, como una parte esencial de nuestras vidas, al que tratar con cariño», asegura Rita, directora del centro.

Entrar en The Home Academy es como entrar en una casa. Con su salón, su cocina y sus baños. Un espacio preparado para albergar clases adaptadas a las necesidades reales. Organización del hogar, cocina, costura, reciclado, economía doméstica o jardinería son algunas de las temáticas que se imparten en los cursos y talleres. La programación cambia según las estaciones del año y se adapta a ellas. Por ejemplo, las clases de punto se imparten solo en otoño e invierno y en las de cocina se trabaja con alimentos de temporada. En su página web, www.thehomeacademy.com, actualizan toda la información sobre los horarios y las clases. Su actividad se concentra en Madrid, donde está situada la casa escuela, aunque también imparten cursos en otras localizaciones bajo demanda. De hecho ya han impartido uno en Galicia. Se trata de talleres personalizados, diseñados para las necesidades y demandas de un grupo. Porque las razones para acercarse son tan variadas como sus alumnos. Para Pepe, un joven publicista, fue la tabla de salvación de su relación, ya que discutía constantemente con su pareja por el reparto de las tareas del hogar. Para Erika, otra alumna, ha supuesto la «reconciliación» con su casa. «Encuentro que hay un desarraigo en la vida actual y siento que este lugar me conecta con lo verdadero. Creo que las tareas diarias tienen mucho que aportar a la familia y a uno mismo», asegura. 

Y es que no se debe subestimar la importancia del entorno doméstico sobre nuestro estado de ánimo. «Un hogar organizado reduce nuestro nivel de ansiedad y estrés. Si nos rodea el caos es como tener que salir a la selva a buscarnos la vida», afirma Judith Diéguez. Ella destaca también la influencia del orden en el hogar sobre la educación de los pequeños de la casa: «Si los niños ven que el adulto controla el hogar, se pueden relajar, les aporta seguridad y serán autónomos mucho antes», asegura. 

Desde The Home Academy promueven también el reparto igualitario de las tareas del hogar. Sí, es cierto, a sus clases acuden mayoritariamente mujeres. Pero también muchos hombres para los que «no sé cómo hacerlo» ha dejado de ser una excusa. A Alfredo las clases le aportaron una nueva forma de ver el trabajo doméstico. «Puedo aprender de forma divertida cosas que no sabía del hogar o constatar otras que aprendí de niño. Me encanta cocinar y planchar. Ya no concibo que nadie me planche mis camisas», dice. 

Para otros alumnos las clases suponen una manera de mejorar en su trabajo, ya que forman a personal doméstico, profesionalmente, para que realicen sus tareas de forma más eficaz. Sea para alumnos o profesionales, todas sus iniciativas están orientadas a dignificar el trabajo del hogar. Para María, profesora de protocolo, «es una necesidad porque entre todos, hombres, mujeres, adultos y niños tenemos que recuperar este espacio, conquistarlo y cuidarlo para beneficiarnos de lo que nos aporta como personas un hogar armonioso en su aspecto físico y emocional». Y así cambiar la película y poder decir aquello de la niña de trenzas y zapatos de rubíes: No hay nada como el hogar.

BENITO ORDOÑEZ

BENITO ORDOÑEZ

BENITO ORDOÑEZ