¡ÁBRETE, LIBRO! PONLE OTRA CARA A MI HISTORIA Este puede ser un viaje al País de las Maravillas, a Nunca Jamás o incluso a ninguna parte. YES descorcha el 23 de abril con un brindis por grandes seres nacidos de las palabras.
22 abr 2015 . Actualizado a las 22:00 h.Yo soy otro, decía Rimbaud. ¿O era el doctor Jekyll? Supermán, Catwoman o el increíble Hulk demuestran que la heroicidad suele tener una segunda vida como coartada. ¿Será que la identidad es algo tan complejo y jugón que hay que leer entre líneas para desentrañar sus misterios? Leamos... Juguemos. Seamos otros. ¿Qué tal Peter Pan? Venga ese personaje de libro que, puestos a elegir, sería la escritora Milena Busquets, autora bum de la Feria de Fráncfort con la novela También esto pasará. ¿Por qué este niño para siempre jamás? «Porque puede volar, porque nunca crece, porque lucha contra los piratas y es amigo de las sirenas», afirma la hija de la editora Esther Tusquets.
Hay libros que ganan con los años y otros que se degustan a trago rápido, como un cosecha fresquito. La cocinera de Himmler, la hilarante crónica de un siglo que Franz-Olivier Giesbert nos sirvió la primavera pasada nos lleva hasta el Montecarlo, en la Gaiteira coruñesa. Es allí donde la sumiller Natalia Cid nos pone un Toro, «un vino de esos que van dejando un gusto largo, de los que te hacen guiñar un ojo», para leer la vida de Rose, su personaje de libro favorito, una cocinera peleona que a los 105 años regenta un restaurante en Marsella... y exprime la conciencia común de un siglo de historia. Un tinto con barrica de Valdeorras también regaría bien estas páginas donde la venganza se sirve en plato frío y el humor negro nos incendia los carrillos.
UN REGALO PARA TAMAR
Ahora rumbo a O Son, con Tamar Novas y un libro de Fernán Gómez bajo el brazo. El viaje a ninguna parte conduce a una historia. «El libro me lo regaló dedicado Mabel Rivera cuando rodamos Mar adentro. Dice: «A mi hijo. Que teñas unha magnífica viaxe» - comparte- Yo debuté como actor en La lengua de las mariposas, con Gómez. Luego Mabel Rivera me regaló su libro y diez años más tarde me dieron a Carlitos, uno de los personajes de esta historia de titiriteros que es, en el fondo, una metáfora de la vida de cualquiera. «Hoy estamos aquí... mañana ¿quién sabe?». Carlitos fue un regalo para Tamar, un guiño del azar a su vocación. «Por eso me quedo con él». «Es el ángel exterminador de la historia escrita por Fernán Gómez, un galán que quiere ganar dinero, un hombre que dice verdades como puños», cuenta. Gabino Diego interpretó en el cine al personaje que Tamar Novas llevó al teatro, «un personaje que es un desastre muy divertido» y que, sigue, dice el actor, de «súper actualidad».
En un mar de sugerencias para celebrar el Día del Libro, la regatista coruñesa Sofía Toro rompe moldes. Está acostumbrada a eso. Lo hizo con su medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Y también lo hace en su elección del personaje que más le ha impactado. Ha optado por uno de carne y hueso, Manel Estiarte, que ha dejado en palabras su biografía en Todos mis hermanos, concebida como un manual del buen deportista. No en vano, el mejor waterpolista español de todos los tiempos es además un ejemplo de superación.
Sofía Toro leyó Todos mis hermanos por vez primera en el año 2010. «Desde el primer momento, me ayudó y me hizo ver las cosas buenas que da el deporte y también como se pasa por los malos momentos», explica.
Y a partir de entonces echa mano del libro solo en situaciones puntuales. «He releído algunos capítulos... hay partes del libro que son demasiado duras», analiza.
«Lo qué más me gusta es que reconoce sus errores, dice que hubo una época que no fue un buen líder, que fue egoísta y se arrepiente de, en esos momentos, no haber guiado bien a su equipo. Además, me gusta que no haya contado solo las cosas buenas, sino que además ha detallado muy bien cómo es el día a día de la alta competición», argumenta Sofía.
Es el deporte de alto nivel el que lleva a la medallista olímpica a identificarse con Manel Estiarte «en muchos momentos de las competiciones, como cuando da cuenta de sus nervios o su seguridad antes de competir en las dos finales olímpicas». «Pero cuando más me veía reflejada en su historia es cuando es tan solo un niño; cómo va a entrenar con su hermana y llegan tarde a casa, pero tiene que hacer los deberes... La vida de un niño deportista», recuerda. «Sé que a mi hermano Jano [su entrenador] también le gustó este libro. De hecho, fue él quien me lo recomendó porque le había impresionado. Creo que muchos deportistas, sobre todo nadadores o waterpolistas, pueden verse reflejados en muchas cosas que cuenta Manel, a quien admiro mucho más desde la lectura de su biografía», afirma.
Sofía Toro recomienda la sabiduría de este personaje real a todo el mundo. «En Todos mis hermanos hay escenas muy duras, pero Manel refleja una vida ligada al deporte de élite. Todo el esfuerzo que es necesario hacer en equipo para salir adelante», concluye Sofía Toro.
LAS MARAVILLAS DE PAULA
Por una madriguera nos colamos de la realidad al sueño con Paula Merlán, autora de Las bolsitas de la señora T, en busca de Alicia. Menguamos y crecemos tanto como lo permite la imaginación. A la señora T de Paula Merlán le sobra el tiempo... En cambio, el conejo blanco de Lewis Carroll siempre tiene prisa, «como nos ocurre hoy a la mayoría, que parece que llegamos tarde a todos sitios, especialmente las madres de niños pequeños...», dice Paula, madre de un niño de dos años.
Ese conejo asfixiado al que sigue Alicia viene a ser la señora Agobios que respira (¡aaay ay... con dificultad!) en el nuevo libro de esta autora ferrolana a la que localizaréis en Facebook. Su personaje es Alicia. «Me gustaba desde pequeña, toda su historia, y creo que se refleja en mis libros», cuenta. El conejo y su obsesión con el tiempo, la liebre de marzo, el sombrerero loco y la iracunda reina de corazones también han conquistado a Paula a través de la fantasía, el humor y el absurdo. ¿Y el inquietante gato de Cheshire? ¡Esto ya es cuántica! «Aunque soy más de perros [tiene un pastor alemán en casa de sus padres], los gatos me dan juego a la hora de escribir. Son más misteriosos, muy buenos creando intriga». Algunos nos plantean reflexiones hondamente filosóficas... ¿Será ese aparecer y desaparecer de pronto como por arte de magia? «Siempre que miro la luna, veo en ella la sonrisa del gato de Cheshire», revela Paula.
El cuento no se acaba si es un espejo en el que nos vemos... o desde el nos miran, guiñando un ojo, esos otros que también podemos ser.
