Pero mamá... ¿por qué me haces esto?

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QUÉ PINTAS Por si no les llegase con vivir entre focos, sus padres les disfrazan de adultos. ¿Cómo van a salir normales?

23 may 2015 . Actualizado a las 05:25 h.

Ojipláticos nos quedamos cuando vimos a Valentina, la hija de Salma Hayek, posando en la entrega de los premios Woman. ¿Era necesario vestirla al más puro estilo Cuéntame? ¿De verdad pretende Salma hacernos creer que ella elegiría semejante vestuario? Y, lo que es más sangrante, ¿tenía tanta ansia de protagonismo que no quiso que se lo arrebatase ni su propia hija? Esta es la única explicación convincente que encontramos para dar respuesta a una imagen tan esperpéntica. Pero Salma no es la única. Son muchos los ejemplos de famosos que disfrazan a sus hijos o que, directamente, dejan que se pongan lo que les da la gana.

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Que Kim Kandarshian quiera enseñarlo todo, vale. Pero... ¿era necesario que también lo hiciese su bebé?

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Ni su peor enemiga vestiría así a la hija de Salma Hayek. ¿Una táctica de su madre para no verse eclipsada?

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Más tiesa que un palo y de tacones. Así aparece de vez en cuando la niña de 10 años de Heidi Klum.

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Kingston, el mayor de los hijos de Gwen Stefani ?tiene 9 años? lleva desde muy pequeño tiñéndose el pelo y haciéndose cortes radicales. Son infinitas las voces que se alzan en contra de un tratamiento que debilita tanto el cabello a tan corta edad.

MUY MAL HECHO

El peligro de mantener este tipo de conductas va mucho más allá de las pintas de los pequeños. «Si a un niño empezamos a darle elementos de identidad como la ropa, cuando ni siquiera es aún un adolescente, estamos adelantando este aspecto a su capacidad para integrarlo. Hasta los 18 años no podemos hablar de personalidad, por lo que todo lo que suceda antes va a influir de manera muy importante en su desarrollo», dice la psicóloga infanto juvenil Lucía López, del centro Unidad Focus. Esta profesional coruñesa añade que su cerebro no está todavía capacitado para tomar decisiones ni para elegirlo todo. ¿Y qué es de los padres que se resisten a que sus hijos les roben el primer plano? López indica que lo que pasa es que hay algo que no han superado en su proceso de maduración «y que los convierte en seres inseguros». Una inseguridad que contagian a sus hijos, a los que muchas veces visten como réplicas de sí mismos o a los que incluso hipersexualizan, sobre todo en el caso de las niñas, poniéndoles tacones y maquillaje. Ansiosos estamos por saber lo que se pondrán cuando crezcan.