El camino de Santiago ¡en kayak!

Marina Dias Porto Chiavegatto

YES

CEDIDA

A GOLPE DE REMO Estas vacaciones ya no hace falta elegir entre ir a la playa o hacer el camino de Santiago. El YES te da la solución: cógete un kayak y empieza a remar.

01 ago 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Sol, mar, deporte, vistas espectaculares, playas vírgenes y comilonas a diario. Este es el plan (irresistible) que propone Carlos López en su nueva aventura: viajes organizados para hacer el camino de Santiago en kayak. De O Grove a Pontecesures por el agua y de ahí hasta la catedral caminando. 5 días y 115 kilómetros. 

«Realmente nosotros no hemos descubierto nada ?explica Carlos? esta ruta por la ría de Arousa y el río Ulla es una de las más antiguas, fue por ahí que llegó a Galicia el cuerpo del Apóstol después de su martirio en Jerusalén en el año 44». 

La ruta ya existía, pero estaba prácticamente inexplorada. «Cuando mi pareja y yo la hicimos por primera vez, alucinamos ?describe Carlos? hay muchos paisajes de quitar la respiración que solo puedes disfrutar si vas en kayak».

DESDE SUDÁFRICA

Todo empezó en Sudáfrica: «realmente esta es una historia muy loca», confiesa. Carlos y su pareja, Retha, habían acabado de participar en el rodaje de la película Mad Max en Namibia y a continuación decidieron hacer un viaje en bicicleta por África. «Un día estábamos en un mercadillo de Sudáfrica ?cuenta? y empezó a llover muy fuerte. En ese momento conocimos a un pareja que nos invitó a su casa y resulta que ellos hacían kayaks». Las dos parejas se hicieron amigas y después de visitas a Galicia y Sudáfrica surgió la idea: «empezamos a buscar y descubrimos que la ruta Arousa-Ulla ya existía y estaba registrada». Así que Carlos y Retha consiguieron dos piraguas y se pusieron a remar. 5 días después llegaron a Santiago y con la Compostela en mano decidieron que tenían que compartir esta experiencia: «Cuando lo hicimos quedamos tan impactados que al volver empezamos a hablar con cámpings, restaurantes y con nuestros amigos sudafricanos para que nos hiciesen los kayaks». Desde junio la idea ya es una realidad: los promotores tienen capacidad para hacer rutas de 20 personas y esperan hacer 7 viajes este verano. 

Eli Siles fue una de las primeras en probar la experiencia que describe como «increíble». «Yo fui con un poco de miedo  porque nunca había subido en kayak», confiesa esta trabajadora del audiovisual, «pero el viaje es muy ligero y cada día tienes ganas de remar más». Para los organizadores este es uno de los puntos fuertes de su ruta: cualquiera la puede hacer. «Empezamos poco a poco: el primer día remamos en total 2 horas y media y vamos aumentando la intensidad hasta que en el último tramo hacemos 5 horas», explican. 

Esta idea de que «cualquiera puede hacerlo» fue lo que llevó a Uxía Fernández a proponerse este «reto personal»: «Yo no estoy en buena forma física pero siempre quise hacer el Camino y esta opción de hacerlo en 5 días y por el agua me pareció perfecta», describe.  «Sigue teniendo la misma esencia del camino ?aclara? durante las horas que uno está remando va reflexionando sobre su vida y al llegar al punto final la sensación es de una satisfacción enorme».

MARISCADAS INCLUIDAS

Una de las grandes diferencias entre este camino y el más tradicional es que aquí la actividad física va intercalada con visitas a playas, buceo, pesca y hasta mariscadas. ?Las comidas son uno de los platos fuertes?, comenta Carlos. Este chef que llegó a trabajar con Karlos Arguiñano considera que el recorrido debe ser también una oportunidad para conocer los productos de la ría. ?Tenemos preparados desde paellas a pescados, mariscos, barbacoas y queimadas?, explica. 

La ruta es de 5 días (normalmente de martes a sábado) y cuesta cerca de 400 euros. Depende del número de personas que haya en el grupo y también de la época del año (agosto es el mes más caro). ?Está todo incluido?, aclara  Carlos, «solo hay que llevar un saco de dormir y ganas de remar». 

Ahora la lucha de Carlos es conseguir que su camino sea reconocido oficialmente. «Nosotros vamos sellando la Compostela durante la ruta, pero alguna vez hemos tenido problemas para que nos den el certificado al final», confiesa. Y ese es su deseo de cara al futuro: que la ruta Arousa-Ulla sea reconocida y que cada vez más personas se animen a probarla. «Estoy seguro que nadie se arrepentirá», afirma.