«Con una camiseta rosa no sería yo mismo»

Virgina Madrid

YES

CEDIDA

Es frío, reservado y jamás bromea. Oculto tras unas oscuras gafas de sol, reconoce que es un hombre de acción y de ciencia y es adicto a los deportes acuáticos. Pero los tipos duros también sueñan: «Quiero ir al espacio». 

03 oct 2015 . Actualizado a las 13:10 h.

Responde serio y con las palabras justas. A El Hombre de Negro no le gustan las entrevistas y se nota, porque el ambiente es tenso y cortante. Y para echar más leña al fuego, adereza la charla con alguna que otra de sus célebres frases para intimidarme  como El hombre de negro se sitúa entre José Tomás y el toro. Cuando empiezo a rascar, me doy cuenta de que es pura fachada. Poco a poco, el personaje va ocupando un segundo lugar y Pablo Ibáñez va cobrando protagonismo. Es entonces cuando descubrimos al hombre solidario, al que le apasiona la fotografía y además es padre de tres hijos.        

Vayamos al grano. ¿Cómo surgió el Hombre de negro?

El personaje surgió por motivos de seguridad durante un experimento. Durante la primera temporada yo estaba tras la cámara, pero a raíz de un incidente en el que se le quemó ligeramente el pelo a Boris Izaguirre se decidió que yo debía controlar el experimento en directo para participar en cuanto fuera necesario y así ha sido. El personaje fue definiéndose poco a poco. Pensamos que debía ser un tipo serio, que apenas hablara y oculto tras unas gafas de sol y hasta hoy.  

Confiesa, ¿en qué momento del programa El Hombre de Negro ha dicho  tierra trágame?  

Uno de los momentos más complicados fue cuando el invitado que era Flo, Florentino Fernández haciendo de su personaje Krispín Klander decidió que yo le resultaba irresistible y me logró bloquear y darme un besazo. No sé si me entraron ganas de reírme o de atizarle.

¿Qué comparte Pablo Ibáñez con el personaje El Hombre de Negro?

El gusto por el negro, porque con una camiseta rosa no sería yo ni me sentiría cómodo. Además, compartimos el gusto por la acción y por hacer cosas que se consideren difíciles o planteen algún reto y ambos somos muy celosos de nuestra intimidad y muy reservados.  

 Además, eres fotógrafo ocasional.

Sí. Hago retratos desde hace quince años. Me apasiona fotografiar rostros y miradas, porque es de verdad donde se capta lo que es la persona. A lo largo de estos años en El Hormiguero he ido creando una colección de personajes de Hollywood increíble. Cuando acaba el programa, le propongo al personaje invitado hacerle un retrato y posa delante de mi objetivo con un gesto divertido o característico. Algunos de mis fotos preferidas son las de Will Smith, Denzel Washington y David Guetta. Y me encantaría retratar a David Bowie y a Mick Jagger. Sería alucinante.        

También eres el Presidente de Honor de la Fundación Juegaterapia, algo que muy poca gente sabe.

Sí. Apoyar a los chavales que están enfermos es una forma de devolver todo lo que recibo en mi día a día. Juegaterapia proporciona videojuegos y tablets a los chavales enfermos de cáncer para mejorar su estado de ánimo durante su estancia en el hospital. Ahora, nuestro objetivo es inaugurar el Jardín de El Hospital La Fe de Valencia. Y siempre que puedo voy a visitarles a las unidades de oncología y me cuentan cómo se encuentran y cuándo se marchan a casa. Cuando recibo un whatssapp de algún chaval enfermo contándome que se marcha a casa me da un subidón tremendo.         

Y eres padre de tres hijos. ¿Te consideras un padre estricto o más bien blando?

No sé, intento hacerlo lo mejor que puedo, pero de estos temas no me gusta hablar.

Sigamos entonces, ¿eres tú quien plantea los experimentos que se llevan a cabo en «El Hormiguero»?  

Sí. Yo con mi equipo de científicos investigamos  sobre qué locura podemos hacer y cuando encuentro alguna que me gusta, se la propongo a Pablo (Motos). Cada experimento que ideo lo hago asociándolo siempre a un invitado concreto. Si el jefe da el visto bueno, se hace y es entonces cuando nos ponemos manos a la obra.

¿Qué tal jefe es Pablo Motos?

Es exigente, pero a la vez me da espacio y vía libre para hacer experimentos que con otros sería impensable realizar. Además, siempre tiene una actitud proactiva para que todo salga adelante. Y se atreve con casi todo. Digo casi todo, porque hace poco ante una de mis propuestas científicas me dijo: ?Estás loco o qué?. Pretendía introducir a un miembro del equipo en un globo de helio y echarlo a volar. Al final, mi propuesta se quedó guardada en un cajón.

Y, compartes plató con tu hermano Juan, la popular hormiga Trancas.  

Eso es. Así todo queda en familia. Y menos mal que nos vemos en la tele, porque si no, con el ritmo de horarios que llevamos no nos veríamos ni el pelo.   

¿Con qué disfrutas cuando no estás en la tele?

Monto a caballo y en verano me gustan mucho los deportes de agua. Hago windsurf, catamarán, padelsurf, surf? Las actividades de agua me encantan, me llenan de energía.

¿Algún sueño por cumplir?

Muchos. La vida sin ilusiones y retos no tiene sentido. Uno que me ronda desde hace tiempo es ir al espacio. Y últimamente se ha avivado, porque he tenido bastante contacto con el astronauta Pedro Duque. Y aunque me ha contado que se pasa mal, me encantaría hacerlo realidad.