Suegra no hay más que una

La Voz SANDRA FAGINAS, TANIA TABOADA, YOLANDA GARCÍA

A CORUÑA CIUDAD

Ana Garcia

PARECE MENTIRA, PERO EXISTEN Más allá del tópico, hay mujeres afortunadas que no tienen a la «enemiga» en casa. Algunas suegras y nueras son incluso buenas amigas. ¿Es tu caso?

21 nov 2015 . Actualizado a las 09:53 h.

Avelina tuvo una mala experiencia con su suegra, de esas que cumplen el tópico, por eso siempre pensó que el día que le tocara ese papel intentaría ajustarse en el mejor perfil que pudiese. Su nuera, Montse Castiñeira, sabe que con ella le tocó la lotería. «Avelina es divertida, muy dinámica, muy abierta, es como una amiga más, pero sobre todo es muy buena persona, es imposible entrar en competencia con ella, porque es muy conciliadora, es una persona que cae bien a todo el mundo», dice. Avelina, a sus 56 años, solo tiene también palabras de elogio para quien se convirtió en su nuera hace un año y pico, aunque es prudente y resume su filosofía de suegra en una frase de manual: «Prefiero perder yo».  Ellas jamás han tenido un conflicto, pero si surge un pequeño roce, la suegra tiene claro que lo fundamental es mantenerse al margen y dejar que la pareja se arregle  sola o intentar aclarar las cosas con su hijo. «Es muy importante saber el lugar que ocupa cada uno, a mí lo que realmente me importa es que ellos sean felices -cuenta Avelina- y no perderme en tonterías, así que si la cosa un día está un poco caliente (que aún no ha pasado) pues creo que es mejor callarse y no avivar más el fuego. Yo sé lo que es el desprecio, porque por desgracia mi suegra malmetía y le decía a mi marido que yo no cuidaba bien a mis hijos, barbaridades de ese tipo, por eso lo único que quiero es que se lleven bien».  

Montse la valora extremadamente, en especial porque ella tiene una hija de una pareja anterior y desde el primer día que entró en su casa Avelina fue una «abuela» más para la niña. «Mi marido me decía que no iba a tener ningún problema, pero hasta que te ves viviendo no lo sabes, y es verdad. Ella la cuida, nos cuida a todos. Yo me siento una privilegiada?» ¿Así que no hay follón para repartirse en Navidad o los domingos? ?¡Qué va!? -responde Montse- «en eso soy la envidia de muchas de mis amigas».   

Ana Garcia

«La clave es que cada una tenga su sitio»

Agustín es el enlace de la excelente relación entre Begoña, su madre, y Virginia, su esposa. Él tuvo mucho que ver en que la primera impresión entre ambas fuese estupenda. Antes de que se pusieran cara, Begoña, que cuenta con una maravillosa relación con su hijo, hasta el punto de que lo asesoró en el anillo de pedida de mano, ya sabía mucho de la que hoy es su nuera. También Virgina tenía un gran concepto de su suegra. Esta pareja, él de una parroquia vecina de Melide y ella de la localidad coruñesa de Teixeiro, se conoció en Fin de Año del 2006 y fue en agosto del año siguiente cuando suegra y nuera se vieron al fin. Desde entonces su relación es sagrada.

CADA UNA TIENE SU SITIO

Como Agustín estudiaba en Vigo y Virginia en A Coruña, los fines de semana aprovechaban al máximo el tiempo juntos y se hospedaban en casa de los padres de él. «Hay una gran amistad entre nosotros y también entre las familias; todo fue desde siempre muy cómodo porque siempre fuimos conscientes de que cada una tenemos nuestro sitio». Este verano, Agustín y Virginia se dieron el «sí quiero» y en los preparativos del bodorrio, ahí estuvo la suegra, quien colaboró con gran ilusión para que el enlace saliese perfecto. Desde el día del matrimonio suegra y nuera residen en la misma casa. Ambas trabajan, pero en su tiempo libre hacen miles de cosas juntas. A las dos les encanta la moda, por eso se ponen delante del ordenador mirando las últimas tendencias. Van de compras juntas y cuando hacen un viaje siempre se traen un detalle. Si se quedan en casa, ambas compaginan sus gustos culinarios. Begoña, aficionada a los fogones, prepara los mejores platos, y Virgina, con más predilección por la repostería, elabora los postres. También les encanta salir a tomarse unos vinitos juntas, pasear y la cosmética. «No entendemos esos celos que existen entre suegras y nueras; son amores diferentes, la clave es respetar el espacio porque cada una tiene su sitio». Lo que más valora Begoña de su nuera es su nobleza y su naturalidad, y Virgina de su suegra, su optimismo y su lucha constante. Las relaciones entre ambas no son solo de suegra y nuera, sino también de grandes amigas.

ALBERTO LÓPEZ

«O importante é a relación verdadeira na casa, a confianza»

En una cafetería viveirense, llega la camarera, pregunta y ambas coinciden en gusto cafetero: «Con leche y sacarina, por favor». Buen comienzo de una charla amena en la que descubro en María Pérez Santaballa (41 años, nacida en A Coruña) e Isabel Fraga García (63 años, natural de Portocelo en Xove), nuera y suegra, el yin y el yan. Distintas, pero complementarias. Sobre todo cuando llevan el hilo de la conversación, la sintonía se nota, no es forzada. No son tanto de ir de cafés o compras un día sí y otro también, sino más bien de coger el teléfono y saber que la otra «está ahí». «Ademais, para o que sexa», dice María.

EL PRIMER ALMUERZO

Sus respectivas familias iban a la misma playa, la vicedense de Xilloi, cuando María y Jose eran unos pequeñuelos, «aínda que os nenos non xogaban xuntos», cuenta Isabel. Tras su paso por el instituto, un buen día formalizaron relación. Y si hay un momento iniciático clave en el feeling suegra-nuera, ese es sin duda la primera comida familiar: «¡Sí -ríe y exclama María- en Naseiro! Acórdome perfectamente». «Esa eu non a tomei en serio. Acórdome máis da primeira na casa, porque foi caótica -sigue Isabel- era San Roque- 22 persoas a comer, eu soa para todo».

¿Qué es lo que más gusta a una de otra? A María de Isabel: «Que é moi paciente e se pon no lugar dos demais». A Isabel de María: «A maneira que ten de resolver as cousas, non as deixa a medias». «O importante é a relación na casa, a confianza unha na outra», dice la suegra. «Antes de falalo con ninguén eu prefiro decirllo a ela», finaliza la nuera.

XAIME RAMALLAL