«Con el Skype no dejé de ver a mis bisnietos»

Liliana G. Abad / S. F.

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MIGUEL VILLAR

13 nov 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Para Conchita Rodríguez (1930, Ourense) la tecnología ha sido también ese puente que la mantuvo unida a las personas que ama. Así lo vivió durante el confinamiento. «Gracias al móvil la cosa fue más llevadera», recuerda. «Porque tengo una familia grande que vive por toda España y pudimos mantenernos conectados. Y si hoy nos lo quitan quedamos desnudos, fue un alivio», asegura. Desde entonces, y a sus 91, maneja con destreza la aplicación skype. «Aprendí a usarlo para hablar con mis hijos que viven fuera, incluso con los 10 nietos y cinco bisnietos que tengo, y lo mejor que tiene es que nos vemos por imagen —dice—, y así no me pierdo verlos crecer».

En su juventud fue maestra y luego trabajó en servicios sociales hasta que se jubiló. Y una vez en casa, tuvo curiosidad por aprender informática, por lo que se apuntó a clases. Al poco tiempo llegó a las aulas de la Asociación Cultural Gallega de Formación Permanente de Adultos (Ategal), siendo de las primeras alumnas fundadoras. «Allí fui a cursos de nuevas tecnologías, inglés y memoria. Y también nos enseñaron cómo acceder a la aplicación del Sergas para pedir una cita médica», cuenta Conchita. Además, «utilizo Whatsapp, me entretengo con la tablet. Y si tengo alguna duda procuro ir a Internet e informarme. Ahora mismo no me encuentro desfasada, normalmente estoy al día», asegura.

Esta abuela de voz dulce vive con una de sus hijas, María del Mar, que reconoce que su madre empezó a usar Internet primero que ella. «Es muy activa. Utiliza también el Facebook, envía vídeos, documentos, revisa su correo electrónico y se guarda notas en el móvil para recordar tanto sus medicamentos como cualquier otra cosa», señala María. A lo que Conchita agrega: «Siempre estoy haciendo algo, si no son sudokus, estoy con una sopa de letras o escribiendo cosas mías porque me gusta escribir y leer, aunque la vista ya no me acompaña mucho. Procuro no estar impasible, no es lo mío», insiste.

Y termina confesando que ella es de las que apoya que los mayores aprendan y se integren en las nuevas tecnologías. «Tengo amigas bastante más jóvenes que yo, que me dicen: 'Yo no quiero esas complicaciones con el móvil'. Y creo que es muy importante estar al día con esto, porque nos hace la vida más sencilla a la hora de avisar de cualquier problema, reservar un billete de viaje o pedir una cita médica», concluye con una sonrisa.