Esa mascarilla que se resistía

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MABEL RODRÍGUEZ

10 feb 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

En las horas previas a que la obligación de usar mascarilla en los transportes públicos decayera, un pasajero de Renfe discutía con firmeza con el revisor, que insistía en mantenerse fiel a la ley hasta el último minuto. Es esa misma obstinación inquebrantable la que hemos mantenido todos los españoles para cumplir una norma que había dejado de ser lógica hacía tiempo y que nos convertía en una extravagancia europea, en donde hace meses que las mascarillas se han convertido en artilugio del pasado.

Ha habido algo inquietante en la sumisión general con la que todos aceptamos sin rechistar que el transporte público fuese en estos meses un reducto del pasado, como si el virus se hubiese atrincherado en la línea 6 a Monte Alto o en el vagón 2 del tren a Vigo, pero huido despendolado de los cines, las discotecas o los bailes de la tercera edad. Fuera del asiento del bus, el covid ya era una de esas pesadillas que te dejan al levantarte un regusto amargo, pero que solo son un sueño. En el paisaje, una ristra de cadáveres de objetos esenciales para la supervivencia hace solo unos meses que hoy se resisten a desaparecer y que envejecen como si tuvieran vida y nos reprocharan lo desagradecidos que somos, ahora que ya no los necesitamos: expendedores de líquido desinfectante, carteles en los que ahora detectas la alarma que transmitían, indicadores imperativos que ordenaban la distancia de seguridad y que hoy te parecen de una agresividad intolerable. Todo llevaba ya meses siendo atrezzo, excepto en el autobús, el tren, el taxi, en donde muchos acataban la dureza de la ley con mascarillas mugrientas en las que era fácil adivinar que habían sido trasegadas por mil bolsillos y que milagrosamente no se convirtieron en el vector inductor de una nueva pandemia, esta vez de tifus o así.

Esta reciente orden del mascarillasfree tiene un simbolismo poderoso. Sin el tapabocas enseguida olvidaremos, incluso a los que se forraron con la urgencia sanitaria.