Lleva 40 años sin decir esta boca es mía. Ni siquiera para hablar de la película sobre su vida («Marisol, llámame Pepa») a punto de estrenarse. Silencio. Nada que ver con el desparpajo de aquella (¿ingenua?) cría de diez años a quien La Voz entrevistó en 1960 durante una visita a A Coruña. Ya entonces el brillo de la estrella Marisol no alcanzaba algunos rincones oscuros del alma de Pepa: le reñían hasta hacerla llorar, la tenían a régimen y elegían su destino, deslizaba nuestras páginas. Eso sí, con una gran sonrisa.
Jesús Flores