La sardiñada hermana a vilaxoaneses y festivaleros

Daniela de amorín / R. E.

AL SOL

Vilaxoán cuatriplicó su población en cuestión de horas con la fusión de los habitantes locales con familias de toda la comarca y festivaleros llegados de todas partes

19 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Pocos eventos son capaces de reunir en un mismo espacio a gente tan variopinta, tal y como sucedió ayer en la sardiñada popular del festival As Revenidas. Vilaxoán cuatriplicó su población en cuestión de horas con la fusión de los habitantes locales con familias de toda la comarca y festivaleros llegados de todas partes de Galicia, España e, incluso, el mundo. Había vascos, británicos y hasta noruegos que, aprovechando su asistencia a los conciertos nocturnos, no se quisieron perder la degustación de un producto autóctono tan sabroso como la sardina. El parque de Dona Concha estaba a reventar. Desde las mesas dispuestas por la organización hasta cada rincón del césped e, incluso, hubo quien se llevó sus propios asientos o cogió la comida para llevar a la zona de acampada o a la playa. Otros no quisieron jugársela y acudieron a primera hora de la mañana para reservar su mesa. «Cogí un sitio estratégico, con la música hacia el norte, las sardinas al este y el humo de las parrillas yendo hacia el sur», aseguraba el vilagarciano José Luis Otero, que llegó a las nueve de la mañana para asegurar un sitio para toda su familia y amigos. Con este gran ambiente no es de extrañar que las sardinas se agotasen en poco más de tres horas. Y ojo, que había 1.000 kilos de pescado a repartir en abundantes raciones con un módico precio de siete euros. La empanada de mejillones también voló, pero como las panaderas continuaban trabajando no llegó a agotarse.

El buen ambiente reinó durante toda la jornada gracias a las diferentes agrupaciones musicales y actividades culturales que se fueron sucediendo. Gaiteiros, una enorme batucada y los grupos Coro Encaixe y Galifunk Brass Band animaron una comida popular que se alargó hasta altas horas de la tarde. Los asistentes no tuvieron tiempo para aburrirse. El parque se convirtió en un centro de juegos populares y actividades para toda la familia, mientras que en la playa de O Preguntoiro se celebró una auténtica fiesta dub. Además, a las seis de la tarde tuvo lugar la Gran Gala Solidaria de la mano de los payasos más rebeldes. Y en medio de la gran fiesta, personal contratado por Agadic repartía encuestas entre los asistentes para evaluar el impacto social, económico y comunicativo del festival en la localidad vilaxoanesa.