Tertulias entre gentes del mar

A MARIÑA

archivo p. mosquera

08 jun 2017 . Actualizado a las 16:54 h.

Recuerdo con imborrable nostalgia aquellas tertulias a la puesta del sol en el miramar en El Coto de San Ciprián. Era un momento para que las gentes de mar predijeran como iba a estar el tiempo al día siguiente, hechos que condicionaban a la flota de bajura compuesta por aquellas hermosas motoras de madera como « La Calista» de Manolo de Rego, que fue la persona con la que aprendí a cacear en el Escaramelado de Os Farillóns.

Hoy resulta muy complicado entablar una conversación sobre los antecedentes marineros de San Ciprián. No quedan casi vestigios de aquel pasado dónde en cada casa había un patrón. San Ciprián se componía de gentes de mar, carpinteros de ribera, carabineros reales y lo que denominaban «industriales y propietarios». Los primeros regentaban cantinas-colmados y los segundos vivían de las rentas que proporcionaban las propiedades: prados-lugares-montes.

Pero aún queda gente con la que se puede aprender. Así me comenta Clara Rey Sarmiento «de Río Cobo», aquella historia que tanto les impresionaba en la niñez. Unas mujeres de Lieiro habían protagonizado un motín... Indago y «¡bingo!». En agosto de 1892 fueron detenidas Carmen Martínez Ben, Carmen García Rodríguez, Concepción Paleo, Josefa Rey Castro, Clotilde Rubiños Paleo; la causa, oponerse al arrendamiento del impuesto de consumos el 23 de tal mes.

Arsenio, de «La Calista»

Cuando paseo por el sendero que va desde La Caosa, por La Fontiña y llega hasta La Cetárea, recuerdo a mi vecino y miembro de la tripulación de «La Calista», Arsenio, encargado de la cetárea que a su vez dependía de las de Rinlo.

En 1898 era noticia que de San Ciprián habían salido con destino a Francia, 1.385 langostas. Tal marisco alcanzaba en el país vecino entre 10 y 12 francos, que dejaban un beneficio con respecto a Galicia de más de 9 francos. Así llegó la esquilma total.

A pesar del informe elaborado y publicado desde 1881. Tal alerta informaba de capturas de 900.000 langostas. Las dos obras que tuvieron en vilo a las gentes de mar del puerto de San Ciprián fueron, el muelle, cuyas obras salen a pública subasta en mayo de 1935 por valor de 251.780 pesetas.

La otra necesidad era la construcción de un muro en la isla de La Anxuela, para que sirviera de protección a la flota que atracaba en La Concha, frente a lo que hoy se conoce como playa de O Torno. La primera intentona es de mayo de 1933 al salir tal obra a información pública. La subasta de la obra se realiza en junio de 1941 por valor de 869.506 pesetas.

Curiosamente y como ejemplo del trato que siempre se dio desde Madrid a nuestra costa, no será hasta el año 1967 cuando se vuelva sobre la cuestión y en el 1968 cuando se decida formalmente concluir la obra del muro para proteger al puerto de San Ciprián. Por aquellas fechas había un dicho que nos dolía: «San Ciprián, moita area e pouco pan».