«Llega un momento en que me gusta recordarme de donde son mis raíces»

Yolanda García Ramos
yolanda garcía VIVEIRO / LA VOZ

A MARIÑA

PEPA LOSADSA

Hoy volverá a Los Ángeles, donde vive, tras rodar aquí el corto mudo «To the sea»

13 oct 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Carlos Leal, actor suizo de padres gallegos y con raíces en Viveiro, deja móvil, gafas y un libro sobre la mesa mientras pide café con leche y agua. Ha acabado a las tres de la madrugada de rodar To the sea de Julian M. Grünthal en A Mariña y va a reencontrarse con sus familiares viveirenses antes de regresar, hoy, a Los Ángeles. Allí vive ahora. Ha participado en films y proyectos en los idiomas que habla (francés, alemán, italiano, inglés, español) y salpica la charla con frases en gallego y un melódico acento.

-¿Cómo surgió su participación en este trabajo, To the sea?

-Conozco al director, que es de origen suizo. En un festival de cine, hace dos años, él me habló de un proyecto que tenía y después me envió el guion. Me gustó mucho. Aunque ya no hago cortometrajes, muchas veces la creatividad se encuentra en los cortometrajes. Este toca el tema de la crisis migratoria en Europa de los últimos años, que seguramente seguiremos teniendo, pero de una manera muy sutil porque la historia principal no es esa. Es... la soledad. Una mujer que se muere de soledad en un pueblo cercano al mar y espiritualmente lo que esa mujer pide al mar o a «Dios» o lo que sea y lo que el mar le trae. Me parecía muy bonito y muy poético. Es difícil hablar de temas como el de los refugiados y añadir poesía. Como yo vivo en Los Ángeles era difícil pero... no sé por qué [sonríe] en los últimos meses Galicia «me está chamando». Isabel Blanco, que va a estrenar el documental Pasaporte gallego, vino a verme a Los Ángeles y después me trajo aquí. Hacía muchísimos años que no venía y... de repente, unos meses más tarde, aquí estoy de nuevo haciendo mi trabajo. Curioso.

La última vez yo vivía en Madrid, hace 8 ó 9 años. Y este año vine dos veces. Tengo familia en Viveiro, Ferrol y A Coruña. Y la coincidencia de que la película se grabe en Viveiro no viene de mí. Nada de eso. El director escribió la historia y su director de fotografía es de aquí, quien le dijo «tengo el sitio perfecto para esta historia: Viveiro». Y cuando viene a hablarme de esta película y me dice que la van a grabar en Viveiro, yo digo... «¿Quééé?» ¡Es increíble! Tengo 48 años y llega un momento en que me gusta recordarme de donde son mis raíces.

-Es un actor sin fronteras.

-Siempre digo que pasaportes tengo uno, dos... no sé cuantos. Me gusta decir que me siento más europeo que suizo o español. Nací en Suíza. También tengo mucho de la cultura suiza dentro de mí pero tuve suerte de viajar mucho con la música, con Sens Unik, encontrar gente diferente. Es una riqueza increíble.

-Su proyecto más inmediato.

-Empiezo serie para la cadena nacional americana NBC, con uno de los papeles principales.

-¿Qué diferencias percibe entre series españolas y americanas?

-No hay diferencias en el sentido en que los equipos en España trabajan de maravilla. Los temas sí son diferentes. América tiene una cultura a la que me cuesta adaptarme. Es un país que se construyó con muchas ganas de oro, de conquista, posesión, dinero y se ve mucho en series y películas. El cine de Hollywood no es mi cine. Me gustaría mucho ser un actor de Hollywood pero eso no quiere decir que me quiero morir tonto... no sé si me entiendes. Por eso hago películas como esta o de vez en cuando regreso a Europa para hacer otras que muchas veces tienen temas más profundos, intelectuales e interesantes (...) Estoy intentando tener una carrera internacional pero sin perder de vista que el arte es lo más importante.

-¿Tiene ya su rincón en Viveiro?

-De Viveiro, donde venía aquí más bien de vacaciones, no me acordaba mucho y no tenía un lugar en particular. Ayer [por anteayer] como tenía tres horas de descanso me fui a pasear por Viveiro [comenta que en una farmacia le reconocieron]. Con el sol increíble de Galicia en estos días me senté en un banco y me quedé mirando la ría y [susurra] el agua no se movía un pelo. Tuve una sensación de paz increíble así que ya sé adonde ir al volver.

-Entonces, ya tiene su banco.

-Sí. Y en Suiza tengo otro.