Los años de la llamada 'guerra del erizo'

La Voz FOZ / LA VOZ

A MARIÑA

PEPA LOSADA

1998

20 mar 2019 . Actualizado a las 10:46 h.

La protesta de los ribereños de A Mariña, reivindicando el derecho a seguir recogiendo erizos para autoconsumo, fue vigilada ayer muy de cerca por la Guardia Civil, la policía autonómica y los agentes de la Consellería de Pesca, que defiende el marisqueo como actividad profesional. Los más de cien vecinos que se concentraron por la mañana en la zona de Porto (Ribadeo) y Polas (Foz), regresaron a casa con los canastos vacíos porque la presencia de más de una veintena de agentes del orden los disuadió de su idea.

Los vecinos de Cangas, pertrechados con cubos donde se leía el nombre de algún antepasado, viajaron en autobús hasta el litoral de Ribadeo. Allí estaban los ribereños de los municipios limítrofes, aunque en número mucho menor. Hacia las diez y media llegaron las unidades de la Guardia Civil ?seis vehículos? y los agentes de la policía autonómica, reforzando a los vigilantes de la Consellería de Pesca. Media hora después bajaban parte de los agentes a la playa para aconsejar a los ribereños que tirasen los erizos porque de subir con ellos ?aunque fuera uno solo, advirtieron? habría multas.

Ante la posibilidad de una sanción, los vecinos vertieron en la playa lo que habían recogido. Algunos llenaron el cubo de algas o con un solo erizo ?de forma testimonial ? para ver si «picaban» los agentes que aguardaban a la salida de la playa, aunque no revisaron los canastos ni usaron los equipos antidistubrbios que viajaban en los coches de la Guardia Civil.

En Polas, la situación se repitió. Los setenta vecinos que, aproximadamente, se concentraron allí también fueron advertidos de sanción.

Se repitieron viejos argumentos. Consideran injusto que les prohíban continuar con una costumbre que siempre practicaron en sus casas. Y compararon su situación con la de sus vecinos de Asturias. Allí cualquier persona puede recoger hasta diez kilos de erizo por persona y marea, lo que reivindican los mariñanos. Dicen que no es la única diferencia que existe ?para mal? entre ambas comunidades. Allí cobran por una licencia de pesca, para dos años, 800 pesetas y aquí pagan 1.200 por un año.