Vivimos la era de la información en la que la libertad de expresión es una realidad.
Pero hay algo mucho más importante que la libertad de expresión y que se nos escapa sin darnos cuenta. La libertad de pensamiento.
Muchos de nosotros practicamos la primera pero no nos damos cuenta que cada vez que abrimos nuestro smartphone o nuestro ordenador estamos llenando nuestra mente subconsciente de una gran cantidad de información.
Esta información programa y condiciona nuestro pensamiento y consecuentemente, nuestros actos.
Eliminando por completo nuestra libertad. ¿Cuánto tiempo vamos a seguir perdiendo entre pantallas el valor de la mirada de la persona que tenemos a nuestro lado?
Como dice Paulo Coelho: «Podemos tener todos los medios de comunicación del mundo, pero nada, absolutamente nada, sustituye la mirada del ser humano».
Durante esta semana santa te invito a poner tu teléfono en modo avión y a disfrutar de la sonrisa y de la mirada de la persona que te acompaña en el camino. Vivir en libertad depende solamente de nosotros mismos.