La vida marinera del vapor celeirense «Benigno López» (1916-1966)

josé pino

A MARIÑA

CEDIDA POR JOSÉ PINO

Inició su actividad con la pesca de sardina y también transportó madera

26 sep 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Lleva el nombre de su armador, eminente industrial, banquero, líder del partido liberal e hijo de Francisco López Carballés, uno de los celeirenses más ilustres del siglo pasado que en su juventud había sido marino mercante y parte de su fortuna la había hecho como armador de cabotaje. Benigno López Muñoz amplió su negocio abarcando la faceta pesquera en un momento que se antojaba muy favorable. Superada la conflictividad en el litoral gallego que habían mantenido las diferentes artes de pesca entre 1905 y 1910, primero la traíña con la tarrafa y posteriormente la entrada en los caladeros de los bous al arrastre, en 1916, al tiempo que entraba en sociedad en una de las primeras fábricas de salazón y conserva del pueblo con Balbino Insua López y Francisco López Insua, encarga un vapor de 16 metros y 21,80 toneladas al afamado astillero vigués de Troncoso y Santodomingo (posterior Construcciones Navales Santodomingo y actual Armón-Vigo), el «Benigno López», de 17,80 metros de eslora y 34 toneladas, con una caldera horizontal y máquina alternativa de triple expansión del mismo astillero de 72 hpi (potencia indicada), que fue durante la primera mitad del siglo XX el mayor vapor de la matrícula de Viveiro.

El «Benigno López» llega a Celeiro el 8 de abril de 1916, foliado VI-5-4038, y tras arrancharse para la pesca de la sardina con arte de tarrafa con dos lanchas a remolque («Carmen» y «Vicenta») es despachado por primera vez para la mar el 18 de abril. Su tripulación la componen normalmente 13 hombres. Tiene una capacidad de carboneras de 14 toneladas, con un gasto diario de mil quinientos kilos. En esta primera época, su patrón de pesca era Jesús Fernández, pero despachaba Beremundo Fernández, patrón de cabotaje con nombramiento para las áreas que abarcaba desde Asturias a Coruña. Su maquinista, Bernardo Pérez Sueiras, se mantuvo en el cargo hasta los años cuarenta y le secundaban dos fogoneros. Todo el personal era del municipio.

Primeros años

Los primeros años se dedica en exclusiva a la pesca de sardina a la tarrafa a año completo, pero en 1918 opera como unidad de cabotaje transportando a Coruña conserva de pescado e incluso, con hasta cuatro gabarras de remolque, madera de pino para San Ciprián. En abril de 1918 es despachado un mes para la pesca de la pareja en Coruña, primera constancia de una unidad de la matrícula de Viveiro a tal oficio. Del 17 de diciembre de 1920 hasta el 16 de abril de 1922, se dedicará a este oficio aparejado con el vapor vigués «23 de mayo», teniendo que utilizar el puerto herculino, por falta de infraestructura, para almacenamiento y transporte de la merluza. La instalación de la fábrica de hielo y cámara de congelado fundada por Benigno López en marzo de 1922 para facilitar esta labor, dará impulso a la recién importada pesca del bonito a curricán que ejercen los vasco-franceses. El 8 de julio, de 1924 el «Benigno López» dará su primera marea a bonitos alargando la campaña hasta noviembre.

En 1928, los negocios de Benigno López entran en pérdidas y su casa de banca acusa falta de liquidez, lo que provoca su suicidio. Hombre soltero y sin descendencia, su flota pasa a la Sindicatura de la Quiebra de Benigno López gestionada por José López Santos y José María Martínez y bajo cuya administración sigue operando, hasta que en 1933 es adquirido en pública subasta por Francisco Parapar Parapar.

Desde 1950 hasta su final solamente se dedicó a la pesca del bonito

El 31 de octubre de 1934, figura dedicado a la pesca del palangre por lo que resta de año. Durante la Guerra Civil se libra de ser incautado para formar parte de la flotilla de bous nacionales con base en Ribadeo, y en 1936 realiza varios viajes Cillero-Ares con 57 barriles de anchoa en salmuera (14.500 kilos) en cada uno, no pudiendo navegar a más de una milla de la costa. La pesca se realiza hasta 1939, requisado y despachado por mareas de 1 a 3 días a bonitos con la prohibición de separarse más de 3 millas de la costa, reconocido y registrado cada vez que entra en puerto por el cabo o sargento de Infantería de Marina del puesto de Celeiro, con el inconveniente añadido de tener que carbonear en Coruña o Cudillero ante la falta de material en nuestro puerto.

Durante la posguerra y hasta mediados de los cuarenta, establece una programación de trabajo a sardina al mansío de marzo a mediados de junio, bonito hasta noviembre, limitado hasta veinte millas de la costa, y chicharro hasta febrero. En 1942 pasa todo el año a chicharrón y con viajes de salazón y conserva al puerto de Gijón. Con el fallo de la sardina en la década de 1946 a 1956, solamente se dedicará a chicharro y bonito desde junio hasta enero o febrero cada año, invernando hasta la próxima campaña. En 1949, el barco pasa a la propiedad de Francisco Parapar Santos Chapela, socio de la fábrica de conservas de Joselillo o del Puntal. Desde 1950 hasta su final, el «Benigno López» solamente se dedicará a la pesca del bonito desde junio a octubre, permaneciendo inactivo el resto del año.

Reparación importante en el 36

En 1936, aprovechando el parón del inicio de la confrontación civil, sufre una reparación importante en su obra muerta. En 1944, en los astilleros del Puntal de Celeiro se le construye un nuevo casco donde aumenta 10 centímetros la eslora (17,90 metros), 28 centímetros la manga (4,72 metros), pero el puntal pasa de 2,15 a 2,60 metros, por lo que su tonelaje sufre un incremento hasta las 53,35 toneladas. Esta circunstancia hizo considerar muchas veces que el barco fue construido en nuestro pueblo.

Desde 1934 y hasta su paralización definitiva, considerando pequeños períodos de desembarco, el celeirense Julián Paz Fernández fue durante 30 años el patrón de pesca efectivo y más reconocido del «Benigno López», su título abarca de Nois a la Estaca y desde 1938 lo amplía desde la Torre de Hércules al Cabo de Peñas. Aún así, fue complementado por los patrones de cabotaje Domingo Santos Casal, José Martínez Sánchez y Francisco Paleo Gómez, con nombramientos de Bayona a Bayona o Cabo Higuer al rio Miño. En distintos períodos del buque, la máquina fue alternada por José Arrizado Álvarez y, después de 1945, por Luis Ferro Yáñez, todos ellos vecinos de Celeiro y Viveiro igual que toda la marinería.

El 14 de febrero de 1945 Julián Paz, Luis Ferro y los marineros José Meitín, Lino Pérez, Jesús San Isidro y Luis Trasancos fueron premiados por la salida de puerto con el ayudante de Marina D. Luis Cebreiro, con tiempo muy duro y proceder al rescate de los náufragos del vapor de Viveiro «Estrella de Venus», a la altura de la Coelleira.

Toda la vida la misma caldera

Este barco permaneció toda su vida marinera con la misma caldera de Troncoso Santodomingo y que para las fechas de su construcción ya era de una buena potencia, lo que le valió ser el remolcador de buen número de nuevas construcciones: en 1938 trae el vapor «Camilo» desde Camariñas y el 4 de julio de 1939 remolca el «Santos» a su montaje en Vigo, en enero de 1943 lleva al «Rivera» a su montaje en Bermeo, el 8 de febrero de 1945 lleva a Zumaya el «José López» a instalar la máquina y después a Bilbao montar equipo, en febrero de 1949 a Zumaya el «Mari Loly», el 6 de enero de 1953 remolca el «Botafumeiro» a Bermeo para ser equipado y en octubre de 1957 el «Mari-Te» a Coruña desmantelado y dado de baja.

Etapa final

En marzo de 1966 el «Benigno López» es adquirido por la armadora viguesa Pesquerías Paulino Freire S.A. para añadirse al tonelaje del vapor «Santa Cruz de Iguña» para la nueva construcción del arrastrero clásico congelador «Puente Pedriña» de 414 toneladas para el caladero canario-sahariano.

El barco fue desguazado definitivamente en 1968.