Teresita Goás, un vapor de entreguerras

josé pino

A MARIÑA

ARCHIVO COFRADÍA DE CELEIRO

En épocas bélicas nuestra flota sufrió serias dificultades para pescar

22 may 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El Teresita Goás (FE-2-1651 EA-7534) fue construido en Zumaya por Carmelo Unanue, sucesor de los astilleros Eraso, para el cillerense José María Gómez «da Sisa», una de las primeras casas armadoras del pueblo que no eran fomentadores o conserveros. Bajo la característica de vapor bonitero cantábrico de proa recta y popa de rabo de gallo medía 15,19 metros de eslora por 3,96 metros de manga y 1,90 metros de puntal, desplazaba 25 TRB y equipaba una caldera vertical instalada por el constructor cuyo consumo diario llegaba a los mil kilos de carbón y cien litros de agua que alimentaba una máquina de triple expansión de la marca C. Unanue de 25 HP de potencia que movía el barco a 8 nudos y medio de velocidad.

El barco se registra el 7 de marzo de 1932 con el folio de Zumaya SS-3-583 y señal distintiva RKMN previo a su entrega para el puerto lucense. En 1934 cuando las normas internacionales asignan a España la distintiva iniciada por la letra E, se le cambia la señal de llamada por EHFK En 1935 es registrado en el distrito marítimo de Viveiro con el folio FE-2-1651.

El barco se estrena a la pesca del bocarte e inicia la costera del bonito los primeros días de junio de 1933, durante su vida marinera alternará la pesca de sardina al mansío y posteriormente al jurel con el arte de tarrafa, vivirá la época del chicharrón y las anuales pesquerías de bonito que tan buen resultado económico daban a los pueblos costeros.

En 1943 se construye en Celeiro para el mismo armador el vapor que lleva su nombre, Jose María Gómez. En septiembre de 1945 ambos vapores pasan por liquidación parcial de sociedad de gananciales y herencia del armador a su viuda Ramona Martínez Galdo y sus hijos Balbina, Luis, Vicente, Dolores, Antonio y Ramona. En 1954 el José María Gómez es vendido a la compañía conservera coruñesa La Pesquera del Norte de España y continúa asentado en nuestro puerto hasta 1957.

El Teresita Goás se vende el 12 de abril de 1956 a la compañía coruñesa Rodolfo Lama Construcciones S.A donde será utilizado como remolcador y apoyo a la obra civil portuaria. Es registrado en la lista 4 de Viveiro con el folio FE-2-210.

El 1 de enero de 1965, atracado en Corcubión y debido al mal tiempo reinante, se suelta de sus amarras naufragando en la escollera de El Pindo, declarándose irrecuperable.

Mares peligrosos

Los vapores de pesca que sufrieron la Guerra Civil española padecieron grandes dificultades en el desarrollo de sus funciones, por cuanto fueron requisados por las autoridades y despachados temporalmente por periodos de uno a tres días para la pesca; a su regreso eran revisados e inmovilizados durante las horas nocturnas por el cabo o sargento de Infantería de Marina del destacamento de cada puerto. A esto había que sumarle las dificultades para carbonear ante la escasez de material en puertos como Viveiro, teniendo que hacerlo en San Esteban de Pravia o en Ferrol. Durante la Segunda Guerra Mundial, el problema no era la prohibición de pescar sino la ocupación y actividad bélica del caladero por fuerzas alemanas y aliadas que lo hacían verdaderamente peligroso.

ARCHIVO JOSÉ PINO

El rescate de Steinkrauss, su pistola y el compás alemán

El teniente de navío Fritz Steinkrauss era un viejo zorro alemán, veterano de la Guerra de Jutlandia de 1916, que ostentaba el mando de mercantes que intentaban suministrar y abastecer a los submarinos alemanes que operaban en la costa del Ortegal coruñés. El conocimiento de la costa gallega hacía que fuera uno de los elegidos para tales menesteres, habiendo incluso naufragado en la ría de Cariño con el petrolero Benno, bombardeado y hundido por la aviación inglesa. En septiembre de 1940 llevaba el mercante incautado Kurmark a Francia con una tripulación de presa, 55 noruegos capturados del mercante, 11 militares alemanes y 17 tripulantes que había pasado del buque cisterna Winnetou del que estaba al mando. Al noroeste de Galicia es interceptado por el submarino inglés HMS Truant, el capitán Steinkrauss sabedor de la falta de escapatoria, ordena arriar botes y pasarse a los mismos ante el inminente riesgo de ser torpedeados. El barco es hundido y los supervivientes distribuidos en tres botes. Al día siguiente un hidroavión británico de la RAF ameriza no sin cierta dificultad ante los botes, a los que obliga a detenerse con ráfagas de ametralladora por encontrarse navegando con pequeña vela y a remos. En busca de los mandos alemanes para llevarlos a Inglaterra para ser interrogados, en el primero de los botes afirman ser alemanes; subidos al avión con capacidad limitada y tras despegar afirman ser noruegos, demasiado tarde para otro amerizaje por falta de combustible. La oficialidad y el capitán se habían librado. Al anochecer del 5 de septiembre los botes se pierden de vista entre sí. Al amanecer, el Teresita Goás, patroneado por Vicente Gómez «Chente da Sisa» a la pesca de bonitos, encuentra a cincuenta millas al nornoroeste de la Estaca de Bares el primer bote a los mandos de Steinkrauss con veintitrés hombres que sube a bordo y que conduce a Viveiro, remolcando el bote.

Un regalo de agradecimiento

Como muestra de agradecimiento, el capitán alemán regala al patrón cillerense su pistola Luger P08, al tratarse de un regalo excesivamente comprometedor para la época que se vive, la entrega en la Comandancia de Marina. Sin embargo, Fritz Steinkrauss, apreciando el compromiso de los pescadores en su salvamento, de los cuales le llamó la atención la precisión de su navegación a estima con reloj y compás, acabó por regalarle a Chente la brújula alemana con la que habían abandonado su buque. El segundo bote fue encontrado el día 7 por el pesquero coruñés Carlitos y el tercer bote por el Adolfo Luis, a nueve millas al norte de Prior al mando del segundo oficial Henriksen (todos sus tripulantes fueron desembarcados en Coruña y repatriados hacia Francia). El capitán Steinkrauss atravesaría Europa y en Siberia embarcaría hacia Japón para hacerse con el mando de un petrolero noruego rebautizado Benno para seguir contribuyendo al servicio de aprovisionamiento de submarinos alemanes en la zona ártabra gallega.

El final de 1941 e inicio del 42 fue especialmente bélico en nuestras costas para pesqueros con base en Celeiro. Y la flota del resto de A Mariña fue en algún momento ametrallada por aviones ingleses. El Teresita Goás por supuesto fue uno de ellos, pero por suerte sobrevivieron al conflicto de esta incruenta Segunda Guerra Mundial, donde los nuestros no solamente operaban intentando pescar en el campo de batalla sino que además tuvieron que hacer labores humanitarias.