Un hostelero de Viveiro relata cómo afrontó el cierre de su bar por el covid

Lucía Rey
lucía rey VIVEIRO / LA VOZ

A MARIÑA

Santi Díaz, que ya ha superado el covid, dio positivo en un test de antígenos realizado en casa
Santi Díaz, que ya ha superado el covid, dio positivo en un test de antígenos realizado en casa Xaime Ramallal

El Rolindes, en Celeiro, reabrió el lunes tras el positivo de sus propietarios

19 ene 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Todo comenzó con unas pequeñas molestias en la espalda y la sensación de frío, como si de un pequeño resfriado se tratase. Poco más. Sin embargo, unos síntomas que en otras circunstancias pasarían casi desapercibidos, en plena sexta ola del coronavirus y con Viveiro superando los 400 casos activos de covid a dos semanas (ayer eran 420, según el boletín el Sergas), animaron al hostelero viveirense Santi Díaz Fernández a realizar en casa un test de antígenos que dio positivo y que desencadenó el cierre del bar que regenta junto a su mujer en Celeiro, el Rolindes. «O primeiro que fixen foi chamar ó médico de cabeceira para contarlle que dera positivo e axiña me chamaron os rastrexadores para dicirme que tiña que estar oito días en corentena», explicó este martes el empresario una vez terminado el aislamiento de una semana que tuvo que guardar por responsabilidad.

Su mujer, Lidia, que trabaja codo con codo con él, se hizo el test de antígenos. Los primeros días dio negativo, pero al cuarto saltó el positivo. Con sus dos titulares contagiados, el Rolindes tuvo que bajar obligatoriamente la persiana el pasado fin de semana. Viernes, sábado y domingo. «Foron os tres días que coincidimos os dous en corentena, porque o luns eu xa a rematei e ela aínda ten que continuar ata o venres», explicó este martes Santi mientras atendía con normalidad a una clientela fiel que estaba deseosa de volver a entrar al local para disfrutar de un café, una caña o un vino. Sus dos empleados dieron negativo.

Muchas medidas de higiene

El coronavirus es tan misterioso y actúa de formas tan inesperadas que Santi desconoce dónde, cuándo y cómo se pudo contagiar. Más teniendo en cuenta que, desde que comenzó la pandemia, hace casi dos años, él y su mujer habían estado «limpios» de covid pese a trabajar de cara al público, en un bar por donde ha pasado cantidad de gente que ha desarrollado la enfermedad. En ese sentido, el hostelero destaca que el negocio siempre ha respetado al máximo las medidas de higiene para prevenir contagios, utilizando siempre mascarillas higiénicas o FFP2, y extremando la desinfección de sillas, mesas, barra o aseos, entre otros. Incluso disponen de una máquina de ozono para mantener desinfectado el ambiente.

«Quen sabe onde o pillei?», se pregunta Santi, que añade: «Pola bar pasa moita xente, e entéraste de que uns o pasaron uns días, outros ó mellor o están incubando sen sabelo... Tamén o podes pillar fóra, nun supermercado ou en calquera outro lugar». La hija de la pareja, de 15 años, también tiene la infección activa estos días, por lo que no puede ir a clase.

En cuanto a las pérdidas económicas por las tres jornadas que el bar tuvo que permanecer cerrado, precisa que no fueron muy elevadas, aunque alguna botella de vino sí tuvieron que tirar porque se pierde tras estar varios días abierta. «Ó abrir o luns pola mañá, a xente xa veu coma sempre», agradece Santi, que dio negativo en dos test de antígenos posteriores.

Santi Díaz, propietario del bar Rolindes: «Nós pasamos o covid bastante ben, nin febre tivemos, pero hai outra xente que o pasa moi mal»

Cuenta Santi Díaz Fernández que él, su mujer y su hija son afortunados porque han superado (él) o están a punto de superar (ellas) el coronavirus sin grandes complicaciones de salud, algo que no siempre ocurre. «Nós pasamos o covid bastante ben, nin febre tivemos, pero hai outra xente que o pasa moi mal. Houbo un home que estivera entubado mes e pico na uci», reflexiona el hostelero. Considera que la elevada cifra de contagios que está habiendo en esta sexta ola puede deberse a que los síntomas que experimenta buena parte de la gente que se contagia ahora son mucho más débiles que en las primeras olas.

Solo frío y algo de moco

«Polo que eran os síntomas que tiña, podería seguir levando unha vida case normal porque só notei aquel frío e algo de moco. E penso que moita xente o está curando de pé tomando calquera cousa na casa sen saber que ten covid. A algúns dóelles a cabeza, pero moita xente ten síntomas moi débiles», explica el hostelero, que está al frente del bar Rolindes, de Celeiro, desde hace veinte años. Indica que los rastreadores lo llamaron varias veces para controlar su estado de salud, así como para informarlo de cuándo podía abandonar la cuarentena y pillar la alta. El viernes pasado no pudo acudir a su cita para la tercera dosis de la vacuna por estar confinado, pero espera recibirla en un mes.