Rebelión en la playa de Barreiros

José Francisco Alonso Quelle
josé alonso BARREIROS / LA VOZ

BARREIROS

Once socorristas amenazan con denuncias ante Traballo mientras la alcaldesa acusa a varios de indisciplina

19 jul 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Catorce socorristas siguen dividiéndose el servicio de vigilancia de las playas de Barreiros, pero la relación de la mayoría de ellos con el gobierno municipal y, singularmente, con el coordinador del servicio, Javier Díaz, es más tirante que nunca. Ayer, once de los vigilantes presentaron un escrito en el Concello en el que expresan su disconformidad con la decisión de asignar vigilancia a la playa de Coto y amenazando con denunciar a Inspección de Traballo si la alcaldesa, Ana Ermida, no convocaba en 24 horas una reunión para elaborar un nuevo cuadrante de servicio, pues opinan que el actual supone una amenaza a su seguridad y a la de los bañistas.

Ermida dice que reunirse no será problema y que aceptará hacerlo hasta que se llegue a una solución, con un cuadrante legal «que cumpra as condicións de seguridade, pero as decisións sobre as praias que se teñen que vixiar non as toman os socorristas, senón o goberno».

En medio de este panorama, también medió ayer el PP de Barreiros, por boca del anterior alcalde, Alfonso Fuente, asegurando que hay socorristas que están dispuestos a renunciar a sus empleos y llevar la situación a la vía judicial por el ninguneo que están sufriendo: «Ó non sentirse apoiados nin polo coordinador nin pola alcaldesa vense nunha situación de total indefensión que repercute nos bañistas».

Como telón de fondo también hay una cuestión económica. Y es que en años anteriores, los socorristas cobraban horas extras que en esta ocasión la alcaldesa se ha negado a que realicen, porque supondrían una retribución a mayores de unos 10.000 euros. La alcaldesa afirma que en el primer cuadrante, con el cobro de horas extras, los socorristas sí accedían a estar uno solo en alguna playa cuando ahora se niegan.

Pero los vigilantes también critican que tres semanas después de iniciado el servicio carecen de medios necesarios para su trabajo.

La consecuencia de todo ello es que 6 de 13 playas carecen de vigilancia. Pero del detonante que ha enturbiado definitivamente la relación ha sido el caso de Coto. A raíz de un rescate realizado el domingo, el coordinador y el equipo de gobierno consideraron prioritario asignar vigilancia a esa playa, pero el personal a quien se le ordenó cubrirla se negó. Para la regidora, se trata de un grave caso de indisciplina y desobediencia, que podría tener consecuencias.

Ermida dice que el cuadrante que se elaboró inicialmente por los propios socorristas era ilegal en lo relativo al tiempo de descanso y horas extras, de ahí que se modificase, pero en el escrito presentado ayer en el consistorio, los socorristas sostienen que ese cuadrante sí velaba por la seguridad y salud de los trabajadores y bañistas, pese a lo que fue modificado unilateralmente. Con él se trasladan socorristas a Coto, dejando descubiertas playas colindantes y obligando a los vigilantes a, llegado el caso, tener que recorrer hasta un kilómetro para atender posibles rescates. Y para disipar dudas y dejar claro que no es un problema económico sino de seguridad, amenazan con poner el caso en manos de Inspección de Traballo para que dirima responsabilidades.