Detienen en Burela a un joven de 15 años por amenazar a su madre con un cuchillo. Nuestro ordenamiento jurídico protege por encima de todo los intereses de los menores. Cualquier otra forma de proceder sería impropia de un estado de derecho. Aunque también se debe poner freno a los casos de adolescentes que maltratan sistemáticamente a sus padres por una relajación doméstica en lo referente a no permitir a los hijos hacer lo que les venga en gana. Tanto rigor por parte de nuestras leyes a la hora de castigar a un progenitor que, dentro de los más estrictos límites de corrección, pone a su hijo en su sitio de Pascuas a Ramos hace que algunos de estos muchachos piensen que todo vale para conseguir sus caprichos. Un discreto cachete a tiempo, de esos que duele más al que lo da que al que lo recibe, o un castigo de aquellos que tiene que cumplirse sí o sí puede hacer ver al inmaduro muchacho que sus derechos son muchos pero sus obligaciones también existen. Hay que educar en el amor y en el rigor y sentirse amparado por unas leyes que no te sancionen por llamar impresentable a tu hijo por destrozar media casa, tras una pataleta debida a que se le sugirió recoger su habitación. Nuevamente, Aristóteles y su virtud siempre ubicada en el término medio.