Condenado a 8 años de prisión por intentar matar a su pareja en Ribadeo

La Voz VIVEIRO

RIBADEO

La muchacha estaba embarazada de 24 semanas cuando ocurrieron los hechos

16 nov 2017 . Actualizado a las 08:45 h.

Condenan a ocho años y tres meses de prisión a un joven, actualmente ingresado en el centro penitenciario de Bonxe, por intentar matar a su pareja en el piso que ambos compartían en Ribadeo y por un delito de violencia de género. El fallo recoge también la prohibición de acercarse a menos de 500 metros de la víctima o comunicarse con ella durante un período de once años y nueve meses y, en concepto de responsabilidad civil, le condena a pagar 500 euros a la chica, por las lesiones que le causó y a abonar 708 euros al Sergas por la atención sanitaria prestada. Además, tendrá que abonar las costas del juicio.

El fallo del tribunal llega a los pocos días de que se celebrara el juicio en la Audiencia Provincial de Lugo. Considera probado que el 13 de diciembre de 2016, por la tarde, la víctima, que se encontraba en Foz con una amiga, recibió mensajes de WhatsApp del condenado en los que le decía «te juro que arderás, por eso irás al infierno por no ser sincera...». «...os he visto, a ver si tienen huevos de venir que los reviento a todos y los mato aquí mismo». Horas después, hacia las dos de la madrugada, cuando ya estaban en la cama, la agarró por las muñecas mientras la insultaba y le decía que si la veía con otro chico la iba a matar a ella y al otro.

A la mañana siguiente, estando en el domicilio, viendo la tele, empezó de nuevo a insultarla y a amenazarla y en un momento dado, la tira al sillón, la agarra del cuello y la mandíbula apretándola cada vez más con intención de asfixiarla. En un momento dado coge un cojín y se lo pone en la cara, le da cabezazos, la tira del pelo, la pone boca abajo contra un sillón, impidiéndola respirar. En estos momentos la chica logra zafarse y se mete en el baño, pero él la sigue, rompe la puerta, entra, arranca el toallero, la golpea con él, rompe el lavabo, arranca las cortinas de la ducha, se las enrosca al cuello e intenta asfixiarla de nuevo. Ella lo impide poniendo las manos delante, pero el persiste en su ataque. En este momento llega una compañera de piso que le recrimina su conducta y el agresor desiste de su actitud.

Como consecuencia del ataque la chica, que había declarado en el juicio por videoconferencia (sus padres residen en Mallorca), diciendo que el atacante «parecía un monstruo» sufrió policontusiones, contusión en la zona parietal, en el costado derecho, glúteo, mano, tumefacción en la zona frontoparietal, equimosis, entre otras lesiones.

En los fundamentos de derecho, el tribunal remarca que llegaron a la conclusión de que el sujeto es autor de los dos delitos no solo por el testimonio de la víctima sino también por el del procesado que, con matices, reconoció los hechos, y por el testimonio de dos testigos, que compartían vivienda con ellos. A su entender, quedó demostrado la intención inequívoca del procesado de querer acabar con la vida de su pareja, algo que no consiguió, dicen, «por la afortunada llegada» de una compañeras de piso.

La abogada del acusado basó su defensa en el hecho de que el sujeto había ingerido grandes cantidades de ansiolíticos que habrían influido en su voluntad.

El tribunal ve en la ingesta, un atenuante, pero remarca que el procesado sí tenía conciencia de lo que hacía. Y como agravante tuvo en cuenta la situación de que actuó contra su pareja.