Dos jóvenes de Dinamarca pasan por Ribadeo recorriendo el Camino Norte. Duermen en albergues o tiendas de campaña y agradecen las bajas temperaturas
11 ene 2019 . Actualizado a las 21:11 h.Pasadas las nueve de la mañana, tras desayunar, dos peregrinos daneses avanzaban por Ribadeo dispuestos ya a emprender la subida hacia Ove, siguiendo su camino hacia Compostela. Galicia tirita, pero para ellos no es ningún problema cuando las bajas temperaturas son costumbre. Nada extraño, pues, que comentasen: «¿Frío. Esto para nosotros es verano?». Lo apuntaba Rasmus, joven de 28 años que con su compañero Felix, de 26, peregrinan ya por tercera vez a Santiago, dos veces antes por el Camino Frances y ahora por el Camino Norte desde Irún. Siempre eligen estos meses, precisamente por el tiempo, más frío, que les resulta preferible al calor. De la mochila de Filix colgaba una ristra de chorizos, aireando, y una rama de eucalipto, para espantar los males.
Originarios de Fanø, la más septentrional de las islas Frisias, con unos 20 kilómetros de longitud, el mar constituye una de sus señas de identidad. Por eso, comenta Rasmus, el Camino Norte les estaba resultando más agradable, por su contacto con el mar que ahora, tras entrar en Ribadeo, ya perderán hasta Santiago.
Hablarles de frío y de cómo se animan a caminar en diciembre y enero provoca una sonrisa en ellos: «El frío está mejor. El día sol y poco calor y la mañana fresca, en silencio... es perfecto para caminar», apunta Rasmus.
«A Filix no le gusta la Navidad ni a mi el Año Nuevo y por eso siempre salimos a caminar por estas fechas. Somos estudiantes en Noruega y lo hacemos mucho en Dinamarca», manifestó.
«Somos gente del mar y el mar es como un compañero y se agradece la sensación de sentirlo», añadió. Duermen en albergues, siempre que pueden, o en tienda de campaña cuando los albergues municipales están cerrados. El frío que aquí sentimos, para ellos es «no problema», tampoco para dormir, repite Rasmus sin perder la sonrisa.