Dividida en tres habitaciones, cocina, salón y baño, todo es nuevo, fruto de una reciente rehabilitación
23 jul 2019 . Actualizado a las 21:33 h.«Se viviría eu aquí? E logo? Que problema ten?», pregunta Mayra García, la alcaldesa de Trabada (PSOE). Ciertamente, una de las dos viviendas que cederá gratis este Concello de A Mariña lucense a familias que tengan dos o más hijos y los escolaricen en el colegio público local presenta una imagen impecable. Ambas están en Sante, parroquia con unos 250 vecinos (Trabada tiene 1.120), situada a unos ocho kilómetros de la capital del municipio. Una en el mismo centro de Sante, la otra en una barriada, Trabadela. En la primera, suelos, techos, puertas, alicatados, baños... todo es nuevo, fruto de una rehabilitación integral realizada hace un par de años cofinanciada por el Concello y la Xunta. En las obras se invirtieron unos 40.000 euros.
La vivienda es el segundo piso de una antigua escuela rural. Mide unos 80 metros cuadrados útiles y se divide en salón, cocina, tres habitaciones y baño. La planta baja también fue rehabilitada recientemente como albergue de peregrinos. Por Sante pasa uno de los ramales del Camino Norte (el principal discurre por Ribadeo) y Mayra García ve en esta ruta jacobea un gran potencial para estimular la economía local, de ahí esta actuación.
La vivienda de Sante está lista para entrar a vivir. La cocina, con electrodomésticos, es nueva, como el baño. El mobiliario es limitado, pero el Concello adquirirá todo lo preciso para las familias: «Sería ideal para un matrimonio con dous ou tres fillos», dice la regidora.
Sante es una parroquia agrícola y ganadera, con un núcleo (donde está la casa) de unos 80 habitantes. Es una típica población rural, con iglesia, atrio y un teleclub donde buscar charla y tomar algo. Pero nada tiene que ver con un pueblo alicaído y destartalado por el despoblamiento, sino que sus casas están muy cuidadas, como los prados, fincas y jardines.
«É un lugar moi digno para vivir. Penso que lle encantaría a calquera. E a casa de Trabadela, que é similar, incluso ten cociña de leña. Está ben, pero ímoslle dar un lavado de cara, pintando as paredes», dice la alcaldesa, que este jueves recibirá a las dos primeras familias interesadas en ir a vivir a Trabada. Ambas son de Lugo. Pendientes quedan otras dos, de A Coruña y Ourense, que también cumplen el requisito de tener dos hijos de entre 3 y 6 años, con las que también hablarán.
La oferta es tentadora, porque además de la vivienda, el Concello abre la puerta a al menos tres puestos de trabajo. Siguen llamando interesados. Ya rondan la veintena. Mayra García reconoce que no esperaba semejante respuesta en tan corto tiempo, de ahí que aún tenga pendientes de cerrar flecos importantes, como la duración de la cesión. Al llevar aparejada un puesto de trabajo, habla de que podría ser de uno o dos años, hasta que la familia tuviese una estabilidad económica, momento en que la casa se cedería a otras. Pero insiste en que la vivienda no será problema, pues en Trabada tienen otras siete escuelas rurales.
Los vecinos ven con buenos ojos la iniciativa. Algunos ya especulan sobre cómo serán los futuros residentes y rumian su convicción: «Se non conseguimos traer xente así non se vai conseguir nunca».
