Viveirenses padecen el derribo parcial del edificio donde viven desde hace casi treinta años

s.s. VIVEIRO / LA VOZ

VIVEIRO

PEPA LOSADA

El Concello paga la reducción de alturas en la entreplanta y en el sobreático, acatando una sentencia que legaliza el inmueble

17 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Compraron pisos y locales comerciales construidos con licencia municipal. Comenzaron a habitarlos hace casi treinta años. En 1994, tras la denuncia de un particular, una sentencia declaró ilegal el edificio y ordenó demoler parte de él. Con el fallecido exalcalde Melchor Roel, el Concello litigó en los tribunales. En el 2013 redujeron la condena a cambio de tirar el ático y rebajar el entresuelo. Ha llegado el momento de cumplirla, con lo que los dueños de veinte pisos y varias locales del número 48-50 de la viveirense calle Nicolás Cora padecerán a partir de febrero consecuencias de irregularidades que desconocían, pero al mismo tiempo conseguirán legalizar sus propiedades. El Concello prevé pagar unos 258.000 euros por el derribo y la reconstrucción, y los vecinos asumirán el coste de los realojos y el resto de perjuicios.

El proceso está en marcha. El Concello ya ha agotado todas las prórrogas concedidas por los tribunales. El gobierno viveirense que preside María Loureiro acordó el pasado lunes sacar a concurso unas obras que podrían acabar en cuatro meses. En los próximos días las empresas interesadas podrán presentar ofertas. La adjudicataria derribará el techo del edificio y la última planta que da a la calle Nicolás Cora, así como las terrazas, y lo reconstruirá. Para rebajar alturas, en la parte posterior del inmueble modificará superficies de cuatro pisos. Además, rellenará el suelo de la planta baja y el techo de la entreplanta para que la altura de ambas no supere los cinco metros entre placas.

El Concello corre con los gastos de adaptación del inmueble a la normativa urbanística porque el gobierno local de mayo de 1988 permitió esa construcción con una licencia declarada ilegal después en los tribunales.

Los habitantes de viviendas de los últimos pisos y los usarios de los locales comerciales situados en el bajo y en la entreplanta se hacen cargo de los gastos que para ellos conllevan las obras, incluidos los de realojamiento, en los casos en los que no puedan continuar en sus propiedades mientras duren las obras.

Afecta a veinte familias y a locales comerciales

Técnicos del Concello viveirense han estado esta misma semana revisando la situación actual del edificio número 48-50 de la calle Nicolás Cora. Cuando se resuelva el concurso convocado para adjudicar la modificación de alturas de la parte superior del inmueble, así como del bajo y de la entreplanta, las previsiones apuntan a que las obras podrían rematar antes del verano.

Aunque esos trabajos acaben en los cuatro meses programados, a las veinte familias que viven en el edificio y, sobre todo, a los a los residentes en la última planta y a los usuarios del bajo y de la entreplanta, les afectarán durante más tiempo.

Incluso con esos trastornos y gastos, para los propietarios el derribo parcial es la solución menos mala porque el edificio donde residen llegó a tener una orden judicial de demolición de las dos últimas alturas. Salvan del derribo una decena de viviendas y los bienes inmuebles que compraron quedarán al fin definitivamente legalizados. Para el Concello representa otro gasto, ahora de 258.000 euros.