El edificio del Casino de Viveiro abría en 1982 como «auténtica necesidad»

y. garcia VIVEIRO/LA VOZ

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LA VOZ DE GALICIA

El interior fue muy elogiado en la apertura y la decoración fue obra de Neira Brochs

28 ene 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Acababa 1982 cuando se inauguró la nueva y flamante sede del Casino Club Náutico de Viveiro, entidad que actualmente forma parte del pasado cultural y social de la ciudad viveirense y de la que físicamente se conserva el edificio que ahora mira con tristeza a la preciosa ría porque que ha sido presa del vandalismo y objeto de abandono tras el cierre de esas instalaciones, en 2017. Mientras por un lado pueda existir nostalgia por los tiempos mejores que vivió durante sus casi 40 años de actividad por otro se plantea un futuro sobre cuáles podrían ser usos, a lo que Portos respondió recientemente sin concretar, «complementarios aos portuarios».

El 29 de diciembre de 1982, el año en que Naranjito fue la mascota de la Copa Mundial de Fútbol organizada por España, se inauguró y fue un concierto de la Polifónica de Villalba la primera cita cultural que albergó, siendo la siguiente otro de la Banda Municipal de Música de Viveiro bajo dirección de Alfonso Mariño Parparar. Decían las crónicas sobre su apertura: «Las instalaciones fueron muy abaladas por los primeros visitantes que las recorrieron por su interior». Resaltaron que la decoración interior era obra del artista viveirense José Luis Neira Brochs y que llamaban atención las enormes lámparas del salón. «Se cerró —continuaban— una etapa histórica de la sociedad Casino de Viveiro y se abrió otra de importante futuro». En 1979 se calculaba en 40 millones de las antiguas pesetas el coste del edificio. El número de socios era en la inauguración de 950; se incrementaría después. «Toda» la obra fue realizada por empresas de Viveiro.

Se definió a principios de los 80 como una «auténtica necesidad» y se valoró como «un centro social como no tiene ninguna otra población de la provincia, si exceptuamos el veterano Círculo de las Artes de Lugo».

El viveirense, de todas formas, arrancó con problemas con el arrendatario del bar y cafetería del anterior edificio o, a modo de anécdota, con accidente de tráfico en la primera visita a Viveiro del entonces gobernador civil de la provincia, Juan Manuel Iglesias Rivera: «Cuando se disponía a conocer el nuevo edificio del Casino, el automóvil oficial en el que viajaba fue arrollado por otro turismo, sin heridos».