Un Obradoiro aún difícil de clasificar

ANDAR MIUDIÑO

RAMON LEIRO

Las lesiones, la ventana FIBA y la juventud distorsionan el perfil del equipo que arrancará el viernes

18 sep 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El Monbus Obradoiro está ya en modo competición. El viernes tiene una cita histórica con la Supercopa, en un Multiusos de Sar que desbordará energía, ante el vigente campeón de Europa y de la Liga Endesa, el Real Madrid. Partido de órdago a la grande. Y el colectivo de Moncho Fernández llega al estreno con un equipo difícil de clasificar después de una pretemporada salpicada de contratiempos, en la que por fas o por nefas el técnico no ha podido trabajar un solo día con la plantilla al completo.

Después de lograr la clasificación para la final de la Copa Galicia, el colectivo inicia otra semana marcada por la ausencias. Si vale el paralelismo con el pronóstico meteorológico, podría decirse aquello de «con tendencia a mejorar», una vez que regresen Hlinason y Andreas Obst de su periplo internacional en la ventana FIBA de septiembre.

Nick Spires evoluciona satisfactoriamente de su esguince de tobillo y tiene opciones de reaparecer. Sin embargo, Maxime de Zeeuw, llamado a ser uno de los sustentos en la arquitectura del nuevo proyecto, por su buena mano en el tiro de larga distancia y por su variedad de registros a la hora de buscar el aro, no acaba de recuperarse.

Siguen las pruebas médicas para determinar hasta qué punto está dañado el tobillo y cuánto tiempo precisa para volver a jugar. No pudo participar en Marín después de una semana parado y continúa al margen del grupo.

La intimidación de Hlinason

Moncho Fernández solo ha podido disponer de Hlinason en dos amistosos, los del torneo EncestaRías en Vilagarcía. Y, por lo visto en esas dos citas, el equipo subió varios enteros a la hora de proteger las entradas a canasta cuando el islandés estaba en pista.

A expensas de la evolución de Spires y De Zeeuw, el conjunto santiagués encara el comienzo de curso con solo tres pívots (Hlinason, Llovet y Brodziansky), y la posibilidad de que Ben Simons se adapte al puesto de cuatro, cómo ya hizo la pasada campaña y en algunas fases del partido del domingo ante el COB.

También queda claro que el Obradoiro no va a ser un colectivo timorato a la hora de tirar de tres. Vasileiadis y Obst son los que se han prodigado con más regularidad y acierto. Kendall Stephens todavía no ha encontrado el ajuste fino que precede a su reputación como fusilero.

En la dirección de juego, Pepe Pozas y Albert Sàbat se han repartido los minutos, con algún breve paréntesis para David Navarro. El base andaluz se ha significado por su nivel defensivo y por tratar de imprimir un alto ritmo de juego. Sàbat no se ha encontrado todavía con el tiro de tres, una de sus principales virtudes.

Son algunos de los retazos que deja una pretemporada con demasiadas complicaciones y con la sensación de que queda mucho trabajo por hacer, sobre todo por la juventud de buena parte de los fichajes realizados este verano.

Lo que sí parece conseguida es la química en el grupo. Detalles como ver a los jugadores de banquillo levantándose en la semifinal de la Copa Galicia para celebrar la buena ejecución de una de las acciones de manual o animando a los canteranos Brais Losada y Alexei Pérez en los minutos que dispusieron hacia el final de la contienda así lo atestiguan.

El viernes espera el Real Madrid. El que gane, repetirá el sábado. Y el siguiente fin de semana arranca la Liga Endesa.