Para habernos matado

Miguel Gómez EL ESCÁNER

ANDAR MIUDIÑO

PACO RODRÍGUEZ

27 may 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

El saben aquel que diu que, una noche cerrada, bajaba el autobús del Obra por la autovía del aeropuerto cuando, en un despiste del conductor, embistió un camión de transporte de ganado. El primero en llegar fue un alemán de mediana edad. Paró en el arcén, avisó a emergencias, se puso el chaleco reflectante, bajó del coche y, no sin antes señalizar debidamente el accidente, se dispuso a realizar los primeros auxilios. En su intento por llegar hasta el autobús, se tropezó con un montón de cerdos que agonizaban tras haber salido disparados del camión y sacó una pistola del bolsillo de su chaqueta. A duras penas, con varias fracturas, los jugadores iban saliendo del autobús para ver como el alemán terminaba de rematar al último cerdo: Yo no poder ver sufrir animales. Parece mentira -dijo Pepe Pozas, con un fuerte golpe en un ojo y en una pierna- pero no nos ha pasado nada, no nos ha pasado nada.

El martes ganó el Madrid a Valencia y el miércoles perdió Joventut en Vitoria. Desde Estudiantes, más que noticias, llegaban partes de guerra. El mal de ojo que había echado Harangody a Pozas parecía terminado y el equipo salió a jugar contra el Barça con otra alegría: 11-2 de salida, 20-10 finalizando el primer cuarto. Incrementó el Barça su presión defensiva y, coincidiendo con el primer descanso que Moncho dio a Sàbat, el partido se igualó. Gracias al acierto desde la línea de tres puntos (9 de 19), el Obra logró irse al vestuario todavía un punto arriba. Todo lo contrario pasaba en la pintura. Tres canastas (dos penetraciones de Singler y una de Hlinason) de trece intentos y solo tres tiros libres; problemas de faltas de De Zeeuw y Llovet lesionado. No llegaban buenas noticias desde Badalona (35-35 al descanso) y sí mejores desde Gipuzkoa (11 arriba el Madrid)

Terminamos cayendo de maduros. La defensa del Barça se hizo cada vez más asfixiante, nos dominaron por completo el rebote (27 rebotes por 44) y, mientras nuestra puntería menguaba (4 de 16 triples en la segunda parte), crecía la de Hanga y Heurtel. El parcial de 11-22 del tercer cuarto dejó al Obra muy tocado y a la grada más pendiente de la jornada virtual que del partido. A Estudiantes (73-69) y GBC (72-82) les duró la gasolina hasta el minuto 35, cuando Joventut y Madrid dieron el tirón definitivo. Aunque la ventaja del Barça se iba hasta los 20 puntos, la grada ya celebraba la salvación. Parece mentira, pero no nos ha pasado nada, no nos ha pasado nada. Para habernos matado.