El baloncesto ha cambiado mucho. Cada vez las anotaciones son mayores. Hoy, si te descuidas, hasta el delegado te mete un triple. Y al Obradoiro le ha tocado enfrentarse en estas primeras jornadas a varios de los equipos que más anotan en la Liga Endesa. Se han juntado las dos cosas, que no está fino atrás y que los rivales han tirado mucho y bien.
Aun así, está claro que necesita mejorar sus prestaciones defensivas porque los partidos que se van a tanteos tan largos son muy difíciles de sacar adelante. Se habla mucho, por tanto, de la defensa. Y hay aspectos que mejorar, indudablemente. Pero, desde un punto de vista más global, el debate puede girar hacia la regularidad en el juego porque se están viendo altibajos, fases de un buen baloncesto con otras en las que baja mucho el rendimiento. Este plantel ha firmado tramos de un alto nivel. Uno de los primeros objetivos debe ser el de buscar la regularidad, evitar esos saltos y esas desconexiones de las que es difícil volver.
Esta liga es muy larga, el nivel ha subido mucho y nunca debemos olvidar que el Obradoiro es un club de sufrimiento, que sabe apretar los dientes para tirar hacia delante. Sin perder de vista esa perspectiva, todos los análisis, empezando por los del propio equipo, coinciden en que es preciso subir el nivel de la defensa, tanto en el rebote como a la hora de controlar las situaciones de uno contra uno. Y también coinciden en que hay capacidad de mejora.