Al Obradoiro se le pegan las sábanas

Ignacio Javier Calvo Ríos
NASO CALVO SANTIAGO / LA VOZ

ANDAR MIUDIÑO

Jonathan Gil Ruiz

El equipo compostelano se puso a dos puntos, pero en la segunda parte el Andorra jugó a placer en la bombonera

19 ene 2020 . Actualizado a las 15:16 h.

El Obradoiro sufrió demasiado en la bombonera: 93-69. Nunca estuvo cómodo y siempre fue a remolque. Llegó a colocarse a solo dos puntos, pero el Andorra pisó el acelerador y el Obra se fue al precipicio. Falló desde el perímetro (6 de 27 triples, con un 22 % de efectividad) y casi ni pisó la pintura (40 rebotes para el equipo local y 19 para el visitante).

Ya no empezó bien la mañana. En muy pocos segundos encajó un parcial de 7-0, con un triple de Sy. Al colectivo gallego le faltó intensidad en los primeros compases de la contienda, se le pegaron las sábanas en la bombonera. Solo Kravic estuvo despierto. Con dos canastas casi consecutivas, el pívot del cuadro gallego mantuvo con algo de vida a su equipo.

El Obra lo intentó como mejor sabe, con lanzamientos de larga distancia, pero ni Pozas (falló tres triples) ni Czerapowicz (erró dos) fueron capaces de recortar las diferencias en el luminoso. Todorovic situó al conjunto tricolor con nueve de renta (15-6) y Moncho Fernández paró por primera vez el partido.

Lejos de mejorar, una antideportiva de Magee permitió a los locales estirar el marcador un poco más. Tras un parcial de 9-0 (20-6), el entrenador gallego buscó con David Navarro una mayor intensidad y una mejor dirección de juego. La distancia en el primer cuarto llegó a ser de 15 puntos para los andorranos (22-7). Fue entonces cuando apareció la magia de Fletcher Magee, que con un triple redujo el espacio entre su equipo y un adversario muy entonado en ataque. Fue el primero que anotaron los obradoiristas de los seis que intentaron. En la recta final del primer cuarto, el Obra mejoró un poco en defensa y dejó la desventaja en 9 puntos (25-16), con canastas de Magee, Spires y Brodziansky.

Tras el primer descanso, el quinteto de Moncho Fernández mejoró sus prestaciones. Estuvo más intenso y compitió con mayor energía. Nada más ponerse el balón en juego, Magee acertó de nuevo desde el perímetro y el menos 15 lo transformaron los gallegos en un esperanzador menos 5 (28-23).

Sin embargo, las carencias del Obra en el rebote impidieron un mejor marcador. El Andorra dominó por completo la pintura, con 21 capturas (10 en ataque) por las 9 de los compostelanos en la primera parte. Pese a todo, el cinco visitante no bajó la guardia y con una gran fluidez ofensiva fue recortando las distancias. Magee, con tres tiros libres en la misma serie, y Brodziansky, con un triple, empezaron a meterle algo de miedo en el cuerpo al quinteto tricolor.

El Andorra, más atascado, con un pésimo porcentaje en tiros libres y sin tantas armas para frenar a los obradoiristas, empezó a mostrar algunas debilidades. El Obra no levantó el pie del acelerador y dejó en el descanso la diferencia en solo 4 puntos (47-43). Un triple de Czerapowicz cerró el primer acto.

El tercer cuarto arrancó con cierta esperanza. Kravic anotó la primera canasta y el Obra nunca tan cerca estuvo del Andorra (47-45). Fue un espejismo. Hannah acertó desde el perímetro y el Obradoiro volvió a dormirse. Ni el dos más uno de Brodziansky intimidó a los andorranos, que volvieron a aprovechar la pájara de los visitantes para abrir de nuevo una importante brecha en el marcador.

Moncho Fernández intentó buscar un revulsivo y aprovechó un tiempo muerto para cambiar todo el quinteto. Entraron Navarro, Daum, Vasileiadis, Font y Spires. El experimento no funcionó. Los de Ibon Navarro cerraron el cuarto con un triple de Jelínek y una suculenta ventaja: 72-55.

La última fase del partido ya no tuvo historia. El Obra se entregó, bajó los brazos, se quedó sin oxígeno y apenas opuso resistencia. El dominicano Tyson Pérez incrementó la ventaja y ni siquiera los triples de Brodziansky y Pozas aliviaron el dolor obradoirista, sin intensidad en defensa, despistado en la pintura y casi sin recursos en ataque. Con un triple de Bandja Sy y una canasta final de Frantz Massenat, el Andorra alcanzó su máxima renta con el marcador final: 24 puntos (93-69).