El fichaje exprés de Lasme, el de Kleber a fuego lento

ANDAR MIUDIÑO

Álvaro Ballesteros

Chete Pazo y José Luis Mateo rememoran los fichajes más difíciles

19 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

En el equipo del ascenso había un jugador de la campaña anterior, Bulfoni. En el siguiente proyecto repitieron ocho y llegaron cuatro. De todos los fichajes, el que Chete Pazo recuerda como el más singular es el de Lasme: «Tuvo su miga. Fue una operación atípica. Tenía una oferta casi firmada del Dinamo de Sassari. Se puso a tiro por una gestión de un agente y había que decidir antes de que se comprometiese con el otro equipo. Me había dejado Moncho en casa y no le dio tiempo a llegar a la suya. Lo llamé y le dije que diese la vuelta y fuese al club. Había que decidir en cuestión de horas».

En el caso de José Luis Mateo son ocho temporadas y más de cincuenta incorporaciones. Y si Chete Pazo se queda con la de Lasme, porque fue exprés, el actual director general remite a una que se coció a fuego lento: «Ha habido algunas especialmente complejas. Y lo cierto es que, con el paso del tiempo, haber afianzado la marca Obradoiro como sitio en el que los jugadores jóvenes se pueden desarrollar, en el que se cobra lo que está puesto en el contrato, en el que la gente te anima y espera a que rindas... Todo eso nos ha ayudado».

Situado el contexto, recuerda la llegada de Kleber, que ahora está en la NBA: «Lo trajimos en San Juan para que conociera la ciudad, también para mirarle la rodilla. Ayudó que el fisioterapeuta fuese de su misma nacionalidad y que coincidiéramos en el torneo de Treviso con su agente, que preguntó por nosotros a gente que estaba allí y nos conocía. Pudo preguntar a quince o veinte personas. Recuerdo ese fichaje como que teníamos en el aire veinte platos a la vez sabiendo que como cayese uno se podía ir la operación al traste».

Pustovyi fue otra operación de paciencia y perseverancia: «Lo vi por primera vez siguiendo a otro jugador. Empiezas a ver más, se lo pasas a los técnicos y ven lo mismo que tú. Lo intentamos fichar un año y no es posible. Y otro año, y no es posible. Al tercero lo conseguimos, no sé cómo, porque en el equipo ucraniano quería cobrar dinero todo el mundo aparte del club. Logramos una cesión con opción a compra en la que la capacidad de decisión era para el Obradoiro».