«Quiero poner en valor de nuevo el compromiso de estos tíos que tengo la fortuna de dirigir», subrayó el técnico
18 abr 2021 . Actualizado a las 20:23 h.Viendo cómo celebró la victoria el Monbus Obradoiro es fácil explicar el enorme significado de un encuentro que da mucho oxígeno en la lucha por la permanencia, con el equipo haciendo frente a muchos contratiempos. De ahí que Moncho Fernández empezase por contextualizar el momento: «Hace 48 horas estábamos jugando un partido contra un equipo de Euroliga, en menos de 48 horas prácticamente hemos tenido que hacer un esfuerzo enorme desde el punto de vista físico, un viaje por el medio, entrenamiento, preparación y, a partir de ahí, la respuesta que han dado los jugadores, de lucha, de esfuerzo, de compromiso, ante un equipo de primer nivel...». Fue un paso más allá: «A partir de ahí, cualquier valoración yo creo que es una anécdota».
El Alquimista de Pontepedriña rezumaba felicidad: «Estoy muy orgulloso y, más que orgulloso, me alegro por ellos, que tengan el premio, porque otras veces que hemos hecho ese esfuerzo de volver a estar muy cerca de ganar, acciones de mala fortuna nos han condenado a la derrota. Lo veníamos hablando. Después de unas circunstancias muy difíciles, el equipo era capaz de dar lo mejor de sí. Estoy muy orgulloso y estoy sobre todo contento por ellos, que se lo merecen. Todos los parabienes por un esfuerzo que es enorme».
El arranque de la segunda mitad fue determinante en la resolución de la contienda: «En la primera parte creo que el ritmo fue canario. Estuvieron mejor que nosotros, tuvimos algún error, nos costó entrar, pero pienso que en el tercer cuarto, que ha sido la clave desde mi punto de vista, fue enorme el despliegue del equipo, la lucha, la intensidad».
Moncho Fernández reconoció que, en algún momento, sobre todo en el último cuarto, «hubo alguna acción no muy inteligente». Pero también subrayó que el Gran Canaria había sido capaz de anotar «canastas de mucho mérito», entre ellas los dos triples finales de Albicy.
El sentimiento que invadía al técnico santiagués se resumía en una frase: «Quiero poner en valor de nuevo el compromiso de estos tíos que tengo la fortuna de dirigir».