Si Camba fuese Cambinsky en el Obradoiro

ANDAR MIUDIÑO

XOAN A. SOLER

25 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El Obradoiro es un club singular en muchas cosas que no siempre pone en valor. Entre ellas, su identidad, saber mirar hacia dentro y no buscar siempre fuera.

Viene a colación la reflexión porque uno tiene la sensación de que en Galicia y en Compostela hay una tendencia a pensar que lo de fuera suele ser mejor que lo de casa por sistema. Si Fran Camba se llamase Frank Cambinsky y hubiese estudiado en Harvard o en Stanford en lugar de haberlo hecho en la USC probablemente ganaría puntos en la escala de consideración como analista, aunque le echase menos horas a su trabajo y con menos aprovechamiento. Es la diferencia entre «¿y este quién es?» o «trajeron a un tío con un apellido de música clásica del que dicen que es una eminencia».

Al Obradoiro no le va mal con su acento santiagués en diferentes frentes. Los diez años consecutivos en la ACB avalan a un cuerpo técnico integrado por tres compostelanos. En el consejo de administración están varios empresarios afincados en la ciudad. El pasado curso más de 2.500 seguidores renunciaron a pedir el reembolso de sus abonos. Fue, más que un gesto, un ejemplo de compromiso y evitó un serio problema de liquidez a la entidad.

Confiar en gente de casa que hace bien su trabajo tiene un valor añadido, porque conoce el club, quiere lo mejor y si las cosas no van bien le duele. En todo caso, no se trata de un dogma de fe ni de cerrar puertas a quienes vienen de fuera. La dirección deportiva es un ejemplo.