Buenas lecturas, poco acierto

Rivera Mozan EL ESCÁNER

ANDAR MIUDIÑO

Eduardo Agreda

14 abr 2022 . Actualizado a las 01:03 h.

En un partido que se antojaba fundamental, el Obradoiro fue capaz, durante la primera mitad, de manejar con gran maestría las acciones ofensivas que mayor amenaza generan en las defensas rivales. A saber: un par de contraataques, un buen juego en llegada y, por último, el balón interior, ya sea a su jugador de perímetro maestro en estas artes, Scrubb, o a Birutis. Como resultado de todo ello, el equilibrio a la hora de los lanzamientos a canasta era ideal, con triples, tiros de dos puntos y buenas penetraciones.

Por contra, el conjunto maño era fiel en ataque a lo esperado. Su gran amenaza es su juego y jugadores de perímetro. También encontró un par de tiros en pintura de sus interiores tras continuación de bloqueo y un par de rebotes de ataque y posteos entre Radoncic y Thompson. Pero las grandes amenazas seguían llegando desde fuera. La entrada de Ferrari, un jugador que destaca por su inteligencia, mejoró sobre todo la conducción, con un par de buenos contraataques que les dieron ventajas de juego a campo abierto. El Obra, pese a la ventaja que adquirió el rival en esos momentos, tuvo gran temple y oficio y, sin renunciar a su juego equilibrado, en todo momento fue capaz de librar muy buenos tiros y verse acompañado por el acierto.

Ya en la segunda mitad los planes de ambos equipos seguían siendo los mismos, pero la gran diferencia radicaba en que la «orquesta» zaragozana la seguía dirigiendo Ferrari con maestría, siendo el refuerzo que cabe esperar sí o sí en un equipo que está al límite en la clasificación. Este es un jugador capaz de ser una gran amenaza para los rivales con una excelente capacidad de anotación, pero que además hace mejor al resto de sus compañero. Él solo se encargó de repartir juego y de manejar el partido para su equipo como más les convenía. Los nuestros, por su parte, se encontraban con una defensa cada vez más conservadora que colapsaba perfectamente la zona, pudiendo como consecuencia de ello y de una buena circulación de balón encontrar a nuestros tiradores totalmente abiertos. Pero la falta de acierto en esta segunda parte fue a la postre definitiva para el resultado final. También le pasó factura al equipo la falta de solidez en el rebote defensivo, incapaz de controlar a Radoncic que capturó dos rebotes de ataque con un valor incalculable en un partido de estas características con tanta igualdad.

Para los puristas de este bello deporte, entre los que me encuentro, queda en mi retina esa acción técnica del pase de Braydon Hobbs a Álex Suarez a finales del segundo cuarto, sobre bote y con su mano izquierda. Una preciosidad