El Monbus Obradoiro cerrará el domingo ante el Fibwi Mallorca una semana de desgaste sin tregua
21 nov 2025 . Actualizado a las 13:38 h.El Monbus Obradoiro recibe este domingo a las 12.15 en Sar al Fibwi Mallorca. Y lo hará después de haber viajado a Huesca en la Copa, y dos días antes a Cartagena, dos desplazamientos largos y de intendencia complicada. Son muchas horas de autobús, tren y avión, sumados ambos. Y quedan pocas para entrenar, sin perder de vista el consiguiente desgaste de los jugadores entre tanto trajín.
Aparte de que el rival está protagonizando un más que notable arranque de curso, la dificultad para el cuadro técnico santiagués estriba en preparar el choque sin apenas tiempo. Y para el equipo, en interiorizar tres planes de partido diferentes sin apenas margen de tiempo, ante tres rivales de distinto corte.
En la rueda de prensa previa al choque del domingo, Epi reconoció que el entrenador es el que lo tiene más fácil, y los jugadores «más difícil», por el sobreesfuerzo físico e intelectual: «Llevan mucha tralla, muchos kilómetros encima, momentos de descanso que son peores, mucha información» en cuanto a la manera de atacar y de defender teniendo en cuenta las características del adversario. Agradece el esfuerzo de la plantilla para asimilar tanto volumen: «A nivel de concentración ellos lo están haciendo muy bien».
Epi también puso en valor el trabajo de sus ayudantes: «Fran y Alberto habrán dormido mucho menos que en una semana normal, porque son muchos partidos a analizar, solo por nuestro trabajo, no por vicio. En los últimos ocho días habremos visto quince partidos».
El técnico burgalés no se olvidó del apoyo de la afición en este camino: «Hemos jugado muchos partidos fuera al principio de temporada y siempre ha habido alguna camiseta del Obra en la grada, y eso siempre se agradece. Fuimos a Cartagena y había gente con una camiseta del Obra. No digo ya lo especial que fue el viaje a Oviedo, por ejemplo. Creo que la gente está muy con el equipo, está viajando, está animándonos. Es verdad que a todo el mundo le gusta jugar en su casa, por todo lo que significa estar delante de nuestra afición, el poder dormir en casa, el poder hacer las rutinas que te ayudan un poco más. Agradecer a todo el mundo que pueda venir al partido, pedir a la gente que se anime a apoyar al equipo, porque los necesitamos. Y, sobre todo, ahora que sí estamos en un buen momento, ojalá lo podamos disfrutar durante mucho tiempo. Para nosotros es una parte muy importante del proyecto».
Más allá de la vorágine y de las circunstancias, el rebote es la asignatura que más le está costando al Monbus Obradoiro. Le cuesta cerrar el espacio aéreo debajo de su aro. Cuando eso sucede concede segundas y hasta terceras opciones. En el último partido, en la Copa, el rival capturó quince rechaces en ataque.
Al analizar este contexto, Epi comenzó por precisar que el rebote es uno de los puntos fuertes del Huesca y que el conjunto aragonés se movió en las cifras que suele hacerlo en este apartado. Pero ello no es óbice para entrar más en detalle: «Una vez visto el vídeo, pues muchos de esos vienen de situaciones en las que tenemos que ayudar, situaciones que cargan los pequeños, situaciones de mismatch , situaciones en las que hacemos una buena defensa pero luego nos cogen el rebote. Vamos a ver si somos capaces, colectivamente e individualmente, de mejorar esas prestaciones».