El Banco de Tapones cierra por falta de directivos tras auxiliar a 30 niños

Monica Torres
mónica torres VIGO / LA VOZ

AROUSA

CARMELA QUEIJEIRO

Recogen 365 toneladas al año en toda la provincia, su zona de mayor implantación con cincuenta puntos de entrega, que le permiten recaudar más de 90.000 euros

22 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Un brazo para Diogo, para Alma una silla, para Brais y Jorge fisioterapia, un andador nuevo para Carlos.... Y así, hasta una treintena de niños de toda Galicia que han podido mejorar su calidad de vida gracias al primer y único banco de tapones de Galicia (Banta). A día de hoy son unas 25.000 personas las que taponean a diario para que la entidad con sede en Tomiño pueda responder a las decenas de peticiones de ayuda que les llegan. Sin embargo, el Banco de Tapones de O Baixo Miño tiene que cerrar sus puertas y no por falta de mano de obra sino de directiva. Es tal el volumen de trabajo que conlleva gestionar y tramitar a diario todo el material que han de recoger en el medio millar de puntos de entrega de plástico que tienen en toda Galicia, que no se ha presentado ninguna candidatura para sustituir a la actual directiva.

«Nunca pensamos que lo que nos desbordara fuera la solidaridad. Comenzamos siendo ocho y ahora con más de 20.000 colaboradores, hacen falta más de tres o cuatro horas al día solo para el traslado y gestión del material», indicaba ayer Jesús Pazos, el presidente con el que dio sus primeros pasos la entidad. «Lo que hace falta es que se impliquen personas que puedan dedicarle ese tiempo, porque el sistema está claro que funciona. El éxito se debe a que todos los colaboradores siguen el proceso completo y conocen personalmente a las familias a las que ayudan», apunta.

La cadena se rompe porque nadie se ha ofrecido a asumir el timón. La campaña de reciclaje más solidaria que se forjó en estos años es insostenible, paradójicamente, por el volumen de colaboración. Los gallegos recogieron 450 toneladas de plástico que Banta, mediante su venta a Reciclados A Cañiza, transformó en 112.500 euros.

El monto principal se suma en Pontevedra, con medio centenar de puntos de entrega en los que se trabaja a una media de tonelada de tapones al día. De Ourense aportan tres toneladas al mes y A Coruña y Lugo engordan la cuenta con otras nueve al año, según explicó ayer el actual presidente de la entidad, Carlos Balea. Decenas de colegios y asociaciones que participan en este proyecto esperan aún un milagro que permita sostener la maquinaria.

«Le dedicamos horas, pero somos solo tres y estamos desbordados»

En diciembre del 2012 se disfrazó de Papá Noel para Alma, la pequeña viguesa de la primera gran campaña de Banta. Desde entonces no ha dejado de trabajar con el banco y ahora afronta el momento más crítico como presidente. Dos años en el cargo y jornadas de medio día dedicadas al banco han posibilitado las últimas campañas. Pero compatibilizar durante más tiempo este ritmo con su vida es inviable. «Me siento culpable por tener que dejarlo, parece que soy el responsable de que cierre», lamenta tras seis años de trabajo en la entidad. «Le dedicamos varias horas todos los días de la semana pero solo somos tres al frente, estamos desbordados», indica afectado por la situación que llevará al cierre de la entidad.