El año de las narcoseries

José Ramón Alonso de la Torre
J.R. Alonso de la torre REDACCIÓN / LA VOZ

PLATA O PLOMO

MARTINA MISER

Se preparan telemovies y libros sobre Pablo Vioque, narcotraficantes y contras

06 ene 2019 . Actualizado a las 20:29 h.

En 1998, escribí una novela sobre narcotráfico cuando el tema no estaba de moda. Contaba una historia en la que se mezclaban el marisqueo y el tráfico de droga en la ría de Arousa. Más que una novela de acción, era una narración en la que se mezclaban los principios, los sentimientos y las ambiciones. Es decir, el narcotráfico era el tema de fondo, pero lo que retrataba era la realidad social de la ría. No aparecían escenas de acción ni desembarcos de «fariña», sino la vida cotidiana de una familia humilde con principios y su relación con un entorno social en el que otras familias humildes habían dejado a un lado los escrúpulos para ganar dinero fácilmente.

Presenté aquella novela al premio Herralde de la editorial Anagrama y llegó a la lectura final con otras nueve novelas, pero no ganó, aunque el hecho de ser seleccionada entre cientos de novelas por el comité de lectura de un premio tan prestigioso me animó mucho. Después, me fui a vivir a Cáceres, me olvidé de aquella novela sobre narcotráfico y me dediqué a escribir y publicar libros de viajes, de gastronomía y de historia sobre Extremadura y sobre su zona fronteriza con Portugal.

Un tema tabú

Bien es verdad que, durante los primeros años en Cáceres, escribí en la prensa regional extremeña algunos artículos a doble página sobre el abogado cacereño Pablo Vioque que fueron una bomba. Era lógico: en Extremadura, Vioque era un tema tabú que prefería esconderse, quizás por vergüenza, y yo tenía todos los datos para detallar sus andanzas en Vilagarcía. A eso se unía que el director de mi periódico extremeño era un gallego con el que había trabajado en La Voz de Galicia y el tema de Pablo Vioque le parecía demasiado interesante como para darle de lado.

Recibía también algunas llamadas de abogados y periodistas gallegos que me pedían que investigara si Pablo Vioque seguía vivo, pero ya digo, en Cáceres el tema era tabú y, además, en una ciudad tan tranquila nadie era capaz de imaginar algo tan rocambolesco como un muerto resucitado.

Recibí también la sorprendente llamada de un periodista de Interviú, que me telefoneó una noche y me confesó que lo hacía porque le habían dicho que yo era un experto en amantes de Sito Miñanco y él estaba escribiendo un artículo sobre el tema.

Me dio la risa y le aclaré que mi única experiencia en esa cuestión había sido una excursión de fin de curso a Tenerife con mis alumnos en la que, como suele suceder en estos viajes, chicos y chicas ligaban mucho excepto una alumna muy guapa a la que ningún compañero le decía ninguna tontería. Cuando les pregunté, intrigado, por la razón de aquel respeto, me respondieron que era novia de Sito Miñanco. La historia, bastante antigua, le gustó mucho al periodista de Interviú, aunque él necesitaba más bien información sobre amantes panameñas, un tema del que yo no sabía nada.

Y así fueron pasando los años y el tema del narcotráfico se fue olvidando y perdió interés hasta que llegó el año 2018 y con él, los estrenos de las series Fariña y Vivir sin permiso en cadenas nacionales de televisión. De pronto, el narcotráfico en Arousa se convirtió en ficción televisiva, los espectadores asumieron las historias de Oeste y de la ría como parte de su universo narrativo y el tema se ha convertido en uno de los puntales del imaginario colectivo español de 2018.

No crean que, tras la popularidad de las series, se mira desde el resto de España a la ría de Arousa con desprecio ni con temor, no, simplemente despierta mucha curiosidad e interés. El tema engancha, pero ni se generaliza ni se asocia la comarca con el peligro y la maldad. Es más, se ha convertido en un aliciente más para viajar a O Salnés.

En mayo, fui a entrevistar a un editor que acababa de publicar una edición especial de Edipo Rey. Durante la conversación, me contó que, tras esa obra teatral y otros libros de ensayo y poesía, quería editar una novela y le comenté, como curiosidad, que yo tenía una guardada en un cajón, avalada por su selección para la final del Herralde y que trataba sobre narcotráfico en la ría de Arousa. Cuando el editor escuchó la palabra narcotráfico, se puso alerta y mostró un gran interés por la novela. El resto se lo imaginan: se la envié, la leyó y enseguida firmamos el contrato de edición. Durante estas Navidades, estoy trabajando en esa novela, perfilando el lenguaje de los diálogos y otros detalles.

De nuevo, el teléfono

También he vuelto a recibir llamadas de periodistas gallegos que preparan libros sobre el tema. Alguno francamente interesante. En Extremadura, vuelven a preguntarme sobre Vioque en periódicos y emisoras de radio, extrañados de que en Fariña su personaje fuera tan pobre. Me llegan rumores sobre que vive en Canadá con otro rostro e historias increíbles que van a dar mucho que hablar. Por otra parte, en Extremadura empieza a rodarse una serie en la frontera sobre contrabando, por la que se interesa Netflix, y en O Salnés será mejor acostumbrarse a ser protagonistas involuntarios de series, novelas, ensayos y documentales. Esto no ha hecho más que empezar.