Lantero medita la oferta del Concello para negociar el convenio

Antonio Garrido Viñas
antonio garrido VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

MONICA IRAGO

El alcalde de Vilagarcía, Alberto Varela, lanzó el guante el pasado sábado. La familia ha anunciado la presentación de un recurso contencioso administrativo

23 ene 2019 . Actualizado a las 10:48 h.

El guante lo lanzó el alcalde Alberto Varela el pasado sábado. El regidor vilagarciano apuntó que existe margen para analizar qué cambios se pueden introducir para facilitar el desarrollo de la parcela e incluso para firmar un nuevo convenio. «Pero non só a familia Lantero, senón calquera cidadán pode facelo coas propiedades que sexan, porque para iso existe un período de alegación», aseguró el alcalde.

Y el guante podría ser recogido por la familia Lantero, que está estudiando la oferta salida desde Ravella para, al menos, sentarse a negociar. Esa sería una de las opciones, quizás la que les dejaría en mejor posición ante la opinión pública, mientras que la segunda posibilidad supondría dejar todo como está y remitirse a las declaraciones que hicieron la pasada semana.

Un documento del 2004

Fue entonces cuando la familia Lantero, que se desvinculó hace ya tres años de la factoría con la que llegó a Vilagarcía, salió a la palestra para reivindicar el convenio urbanístico que se firmó en el año 2004 por el que la parcela en la que estaba la factoría se convertía en suelo residencial. Una parcela de 28.000 metros cuadrados situada en la avenida Rosalía de Castro y que es todo un caramelo. De aquella, la intención de la firma cartonera era financiar con la venta de los terrenos el traslado al polígono de O Pousadoiro. Un traslado que finalmente se llevó a cabo en el año 2009 con un coste de 43 millones de euros.

El traslado sí se hizo, pero el documento que debería haberse incorporado a la revisión del Plan Xeral de Ordenación Municipal nunca fue desarrollado. No lo hizo ni la corporación que firmó el acuerdo, y que presidía Javier Gago, ni tampoco la siguiente, con el popular Tomás Fole como alcalde. De hecho, a los populares les lanzó también un dardo Alberto Varela a cuenta de aquello el pasado sábado, cuando recordó lo que recogía el acta oficial de una sesión plenaria de noviembre del 2005 y acusó a Elena Suárez de desfachatez por las declaraciones que hizo al respecto.

Todo esto ha derivado en que la familia Lantero haya anunciado la pasada semana la presentación de un recurso contencioso administrativo contra el Concello de Vilagarcía. Y lo hace, según expusieron sus representantes, no para conseguir una indemnización, pese a que los perjuicios que pueda haber sufrido son cuantificables. Lo sintetizó Francisco González Cudeiro en la rueda de prensa: «Lantero cumplió su parte, lo justo es que el Ayuntamiento también lo haga».

Es decir, Lantero pretende que Ravella incluya el convenio en la revisión del PXOM para que sea la Xunta quien indique los cambios que se deben realizar ya que se han sucedido hasta tres cambios en las leyes acerca del suelo. Sostiene la empresa que ninguna consellería ha decretado que aquel convenio sea ilegal.

La familia ha anunciado la presentación de un recurso contencioso administrativo

Ravella afirma que la Xunta rechaza el documento tal y como fue presentado

La negociación entre ambas partes parece el único camino para evitar que el asunto llegue a los tribunales. La postura del Concello de Vilagarcía es clara: «A Xunta advertiu durante anos da imposibilidade de incluír tal convenio no PXOM nas condicións aprobadas polo pleno», se insiste desde el gobierno local.

Ravella advierte, del mismo modo, que la revisión del Plan Xeral de Ordenación Municipal seguirá adelante porque es la propia Xunta la que rechaza el documento tal y como fue firmado en el año 2004. Pese a ello, el gobierno local incide en que la propuesta que figura en el documento inicial del planteamiento «trata de axustarse o máximo posible ao espírito daquel acordo, respectando as diferenzas normativas que existen hoxe respecto das do 2004».

Seiscientas viviendas

Aquel acuerdo significaba un notable cambio para los terrenos que Lantero posee en la avenida Rosalía de Castro y que suman 28.000 metros cuadrados. Según el convenio, la tercera parte sería cedida al Concello en forma de zonas verdes, espacios públicos y aparcamiento. A cambio, la firma obtenía un índice de edificabilidad de 2,7, que, en función de cómo se desarrollase, podría traducirse en la construcción de unas seiscientas viviendas. En el pleno que lo aprobó tuvo los votos favorables del PSOE y los dos que aportó Independientes por Vilagarcía. Tanto el PP como el BNG optaron por la abstención y fue Esquerda Unida la única formación que votó en contra, con Juan Fajardo tildando la operación de «pelotazo».