El oro naranja que engrandece al churrasco

Antonio Garrido Viñas
antonio garrido VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

MARTINA MISER

La salsa que se prepara en Vilagarcía es única y muchos han querido copiarla, sin éxito

07 feb 2020 . Actualizado a las 15:54 h.

Salsas para el churrasco seguro que hay muchas, porque cada maestrillo tiene su librillo y de cocinillas andamos sobrados, pero la mejor de todas es única y esa se prepara en Vilagarcía. Concretamente en el obrador que Juanjo García Gerpe (Negreira, 1983) tiene en el barrio de A Torre. Desde allí ha conquistado ya buena parte de Galicia y pelea por hacerse un hueco «de Benavente hacia abajo», como dice él. El secreto: una receta de muchos años, solo ingredientes naturales y una elaboración básicamente artesanal.

Todo comenzó cuando los abuelos de Juanjo abrieron un churrasco en Rubiáns (Vilagarcía). De eso hará unos cuarenta años. Y con la calidad del producto, y de la salsa por supuesto, como seña de identidad. «Empezó mi abuela y luego siguió mi padre, y después de ver que la gente en vez de pagar el churrasco y llevarse la salsa gratis, querían comprar más salsa decidimos comenzar a envasarla de una manera más cuidada», recuerda. Y es totalmente cierto lo que cuenta, porque la gente se llevaba ese líquido naranja para sus casas en lo que fuera: botellas de agua, tarros de zumo... lo que hubiera a mano. Era el oro naranja de la comarca de O Salnés.

Así que decidieron comprar unas botellas por Internet para darle un toque resultón, y colocarle una pegatina y siguieron vendiéndola en el bar. Poco después llegó el siguiente paso. Tocó recabar información para poder seguir creciendo y se creó el obrador. «De esto hace siete años y ahora ya tenemos un barquito para navegar y abastecemos a grandes áreas sin ningún problema», dice. Y la fama del producto comenzó a extenderse. «De Benavente para abajo nos cuesta más venderla, pero sin embargo en Madrid tenemos dos o tres cadenas de supermercados en las que ya hemos entrado», explica García.

La receta es secreta

El cambio del proceso artesanal al industrial obligó a variar ligeramente la receta original para que el producto no decantara al estar mucho tiempo las botellas en posición vertical. Una de las leyendas de la salsa O Churrasco era su composición. Ahora, evidentemente, los ingredientes ya aparecen en la etiqueta -«agora estamos vendimiados», bromea Juanjo-, pero todavía queda una bala en la recámara con las «especias» que allí aparecen, sin especificar más de ellas que el producto no contiene alérgenos.

No es una tontería lo del secreto profesional, porque hay espionaje en el sector. Juanjo lo sufrió de lleno. «Hay plagios fragantes. Marcas antiguas que están cambiando su estilo de salsa para parecerse a la nuestra, con base de aceite, ese color naranjita... y no aquellos chimichurris llenos de hierbas», apunta García Gerpe. Y situaciones desagradables, con robos de clientes incluidos. Hay quien se ha encargado de copiar el estilo de la botella y hasta la forma de la etiqueta.

Pero claro, amigos, de ahí a conseguir igualar el sabor hay un largo trecho que no es tan fácil de recorrer. «No es comparable ni la calidad ni la forma de hacer las cosas», apunta Juanjo. Lo saben bien ciertas marcas fuertes del sector, en las que la salsa nacida en A Torre es su marca blanca.

La salsa churrasco es el buque insignia de la empresa, pero no se queda ahí el afán emprendedor de la firma de Juanjo. El siguiente paso que quiere dar es embotellar una vinagreta, pero no es una tarea nada sencilla prepararla de manera estrictamente artesanal. «Da mucho trabajo porque es todo cortado a mano. Hay asados argentinos que la utilicen, aunque por aquí la utilicemos básicamente para los mejillones o para alguna ensalada fría de pulpo. Cuando empezamos con ella había dos señoras dedicadas en exclusiva a cortar cebolla a cuchillo. Da muchísimo trabajo, pero si conseguimos sacarla adelante será le leche. Aunque claro, tendrá que ir a un precio más elevado, pero el que quiera algo bueno, que lo pague. A ver si hay suerte», concluye.