La sentencia fija una indemnización de 185.000 euros para Pepe el Utillero

Antonio Garrido Viñas
antonio garrido VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

POOL / CAPOTILLO

El presidente del Arousa, Manolo Abalo, absuelto en un fallo que es recurrible

18 oct 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Cinco años después del desgraciado incidente que acabó con Pepe el Utillero estampado en las grada de Tribuna de A Lomba cuando había subido a la cubierta a buscar unos balones, se ha vivido el penúltimo capítulo de la desgraciada historia con la sentencia que ha hecho pública el Juzgado de lo Social número 3 de Pontevedra. Una sentencia que estima parcialmente la demanda que había elevado José Manuel García Bello, porque los 435.000 euros más intereses que reclamaba se han quedado en 185.000 euros.

El fallo es recurrible mediante la figura del suplicatorio ante el TSXG y es más que probable que los demandantes hagan valer su derecho porque la sentencia queda muy lejos de sus reclamaciones. El fallo condena al Arousa, al Concello, a la Fundación de Deportes y a la aseguradora, y absuelve al presidente del club arlequinado, Manolo Abalo. Los seguros, tanto del Concello como de la Fundación de Deportes de Vilagarcía cubren alrededor de 180.000 euros entre ambos, con lo que las instituciones deberían asumir únicamente alrededor de cinco mil euros, en una sentencia que ha sonreído, sin duda, a los intereses de club, Fundación de Deportes y Concello.

El juicio por la vía de lo social fue el penúltimo de los capítulos que vivió un proceso que tuvo también su momento penal. Fue ese uno de los aspectos que, probablemente, más preocupó al presidente del Arousa Manolo Abalo, porque podía haber acabado con pena de cárcel para el directivo. Finalmente, una multa de 1.620 euros puso entonces el punto y final a uno de los capítulos.

Pepe El Utillero se precipitó al vacío desde una altura de alrededor de seis metros en abril del año 2015. Había subido a recoger unos balones al techo de la grada, cuando la estructura cedió y él acabó con unas lesiones importantes. A partir de ahí arrancó todo un recorrido judicial, con paradas en diversos juzgados, que ha visto en el Social número 3 de Pontevedra el que podría ser el último capítulo, aunque algunas fuentes apuntan a que lo normal es que la parte demandante presente el suplicatorio para intentar conseguir una indemnización mayor puesto que la que aparece en el último fallo ha quedado muy lejos de sus pretensiones.