Elia  Barceló: «Aparte de los grandes miedos de la humanidad, hoy la gente tiene el miedo, absurdo, al anonimato»

Pablo Penedo Vázquez
pablo penedo VILAGARCIA / LA VOZ

AROUSA

Martina Miser

La escritora valenciana, pionera y una de las tres grandes autoras del género fantástico en lengua castellana, se felicita de que «ahora somos muchas mujeres haciendo ciencia-ficción» y reivindica la potencia de los personajes femeninos y más allá de la menopausia

09 nov 2021 . Actualizado a las 20:41 h.

El viernes recibió uno de los premios de la presente edición del Curtas Festival do Imaxinario de Vilagarcía de Arousa y ayer Elia Barceló (Elda, 1957) protagonizó un encuentro con lectores en un certamen en el que, dice, está disfrutando mucho.

-En el cartel del Curtas se la presenta como «A dama do terror». ¿Qué tal le sienta la etiqueta?

-Ja, ja, ja… Las etiquetas siempre me hacen mucha gracia. Pero a mí no me gusta encasillarme. Empecé con la ciencia-ficción, pero pronto probé con el fantástico, el terror, histórico, juvenil, realista, thriller… A mí lo que me gusta conseguir es que mis lectores se dejen llevar, con el género que sea.

-Lo cierto es que se la considera una de las tres grandes autoras femeninas del género fantástico en castellano del mundo, junto a la cubana Daína Chaviano y la argentina Angélica Gorodischer. ¿Qué la ha llevado hasta aquí?

-Pues empecé a escribir por placer, por felicidad. Cuando empecé, en castellano éramos muy pocas mujeres en el género, lo que hizo que tuviéramos más visibilidad. Pero poco a poco se fue viendo que teníamos otras cosas que contar y otra forma de ver el mundo. Ahora somos muchas haciendo ciencia-ficción y es algo muy bonito, que me llena de orgullo. Me gusta muchísimo ver chicas de 25, de 35 que escriben y que van a los festivales no como la mujer de, sino como ellas mismas.

-Además del fantástico, su obra incluye novela histórica, policíaca y juvenil. ¿Con cuál disfruta más?

-Yo disfruto sobre todo, sobre todo, con lo que no es cotidiano. Para contar lo que es ya estáis los periodistas. Yo quiero contar cosas que no suelen ser, que no pueden ser o que podrían ser si el mundo fuera distinto. Desde un secreto de familia, encontrarte con un monstruo que eras tú, o hallarte con seres de otra galaxia. La base al final es la misma, ver cómo se enfrenta el ser humano a grandes desafíos de su existencia.

-Prefirió emigrar como profesora de literatura hispánica en una universidad de Austria a disfrutar de la Movida de la Transición en España. ¿No cree que quedándose hubiera reunido mejor material para sus creaciones?

-Ja, ja, ja… Hay que reconocer que me acababa de enamorar de un austríaco con el que sigo casada. Y funcionó. Para mí el amor es una de las grandes fuerzas que mueve el mundo. ¡A lo bestia! Como el magnetismo, como la gravedad. A lo mejor de quedarme, hubiera escrito cosas estilo Almodóvar -dice con cierto tono de humor-. En aquella época estaba tratando de adaptarme a un lugar totalmente diferente, a una lengua que no conocía, lo que me ayudó mucho a hacer crecer mi escritura. Gracias a cambiar de país conocí que la verdad no solo tiene un camino, tiene muchos, que cada persona tiene su verdad, que va construyendo sus recuerdos. Y eso es algo muy definitorio de todo lo que he escrito en mi vida.

-Premio Internacional de Novela Corta de Ciencia-Ficción de la Universidad Politécnica de Cataluña, uno de los más prestigiosos del mundo. Tres veces Premio Edebé y último Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil. ¿Qué supone para Elia Barceló recibir un galardón del Curtas?

-¡Oh...! ¡Eso fue precioso! ¡Precioso! Es un premio que me hace muchísima ilusión, porque no es por una novela, sino por mis años en el género. Y cuando además descubrí que el premio era un dragón, ¡qué cosa más bonita! ¡Qué ilusión, un dragón! Lo voy a poner en mi mesa de trabajo. Tiene una mirada crítica de esas cómo que te preguntan ‘¿De verdad crees que lo estás haciendo bien? Es algo que me va a estimular.

-Con 40 años de oficio encima y con una mujer ocupando siempre el eje central de sus obras, ¿se siente una pionera del empoderamiento femenino en la literatura española?

-Sí [tajante]. Nunca me lo había planteado así de rotundo como lo dices. Cuando empecé mis personajes eran femeninos porque pensé que siendo mujer tenía perfecto derecho a que fuesen las protagonistas. Y después, que no solo fueran jóvenes. Parece que las mujeres solo valen hasta la menopausia y que a partir de ahí, cuando ya no pueden reproducirse ni son sexys, ya no van a tener ni amores, ni aventuras, ni nada. En mis últimas novelas, sobre todo, mis protagonistas son mujeres de 60 años, que tienen muchísimo detrás y muchísimo delante. Lo que me llama la atención es que eso parezca original y rompedor, cuando es lo más normal.

-En sus 40 años de diálogo con la naturaleza humana para escribir su obra, ¿han cambiado los grandes miedos de nuestra sociedad?

-Sí. En algo sí. Aparte de los grandes miedos de la humanidad, a morir, a que muera la gente que tú amas, a perder la integridad física, la cordura; a eso ahora se une el miedo a no ser lo bastante rápido, a no ganar bastante dinero para vivir la vida como nos la estamos creando, y el miedo, absurdo, al anonimato. La gente ahora quiere destacar, estar en redes, tener seguidores, y tiene la sensación de que sin eso, no eres nada.

-Y la última. ¿Por qué esa contradicción de tanta gente buscando sentir miedo en un libro o una película?

-(Risa) Eso me lo he planteado muchas veces. Es una pregunta muy interesante. La gente tenemos tantos miedos en la vida normal, a perder el trabajo, tu dinero, que la gente que amas ya no te ame, o se muera, y lees ese tipo de novelas en que esas cosas horribles le pasan a otra persona. Tú te identificas con esa persona, pero desde fuera, y cuando cierras el libro sientes que las cosas se pueden arreglar. Una sensación de reintegración. Esa es una de las cosas que pueden ayudar al lector. Que pasan cosas horribles, pero que al final se arreglan.