La derivación de citas de familia colapsa las urgencias del centro de salud de Vilagarcía

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

D. S.

El Sergas confía en aliviar la situación, que obligó a algunos usuarios a hacer tres colas para recibir atención, con trece médicos para los ambulatorios de O Salnés

18 may 2022 . Actualizado a las 21:47 h.

No corren buenos tiempos para la atención primaria en el ámbito sanitario. A problemas antiguos se suman las malas inercias generadas por la prolongada pandemia para conformar una suerte de tormenta perfecta, que en ocasiones se descarga con furia sobre los centros de salud, sus usuarios y profesionales. En el caso de San Roque, en Vilagarcía, el área de Urgencias vivió ayer una situación muy próxima al colapso debido a una falta de médicos de familia en la que se combinan diversos factores. El propio Servizo Galego de Saúde (Sergas) reconoce que no es fácil cubrir las ausencias de los facultativos, que atribuye a los efectos del covid entre su plantilla, a incapacidades temporales y a permisos reglados a los que el personal tiene derecho. La dificultad para hacerlo estriba, según los responsables del área sanitaria de Pontevedra y O Salnés, «no déficit de profesionais de medicina de familia nas listas de contratación, circunstancia que é común ao conxunto do Sistema Nacional de Saúde».

El caso es que citas habituales que deberían resolverse en las consultas están siendo derivadas a los médicos que prestan sus servicios en Urgencias, de tal forma que la cola que durante buena parte de la mañana podía observarse en el punto de atención continuada no fue ninguna tontería. Una doble cola, en realidad, puesto que los pacientes debían pasar primero por la ventanilla de Urgencias para obtener una cita con la que, a continuación, esperar su turno. Para colmo de males, los médicos del PAC tienen que estar listos para prestar cualquier servicio fuera de las instalaciones de San Roque, y esto fue, exactamente, lo que ocurrió durante más de una hora con uno de los dos profesionales que trabajaban en el turno de mañana, con el consiguiente retraso en todo el proceso.

«O meu médico de cabeceira xubilouse en febreiro: dende entón non teño ningún asignado», denunciaba a pie de calle una usuaria del centro de salud de Vilagarcía, que necesitaba atención por una enfermedad crónica. En su caso, tuvo que aguardar una triple cola, puesto que acudió en primer lugar a las ventanillas de la planta baja del ambulatorio, donde el personal administrativo la derivó al departamento de Urgencias. Allí esperó para que se le concediese la cita y, a continuación, por tercera vez, guardó cola hasta que fue recibida por un facultativo. En total, dos horas y media de paciencia para un trámite que tendría que haber resultado mucho más sencillo.

«O que me dixeron —añadió la mujer tras pasar por la consulta— é que agora teño que facer unha serie de probas e que o meu médico ten que facer o meu seguimento, pero todo isto non é outra cousa que volver a empezar, porque quen vai ler os resultados será un médico diferente, e a min aínda non me asignaron un novo». Su experiencia se tradujo en dos quejas formales que la paciente presentó de forma inmediata y han sido registradas por el Sergas. La primera, por carecer todavía de un facultativo de familia. La segunda, por el hecho de que las máquinas que expenden las citas se encuentren averiadas. Ayer tampoco faltaron usuarios que fuesen derivados a Urgencias para obtener un parte de baja.

Aun asumiendo las dificultades de contratación, el Sergas confía en la oferta pública de empleo que el Diario Oficial de Galicia publicó a principios de este mes. De las 106 nuevas plazas de médicos especialistas en atención primaria asignadas a la comunidad, trece corresponden a los centros de Vilagarcía, Cambados, Ribadumia, O Grove y Meaño.

 Un edificio con 56 consultas cuya plantilla todavía debe ser definida

De los dos problemas que arrastraba la atención primaria en Vilagarcía, uno, el de las instalaciones materiales en las que se presta el servicio, está encaminado hacia una solución. El otro, que estriba en la dotación de personal con la que contará el nuevo centro de salud de la avenida A Mariña constituye todavía una incógnita, más allá de las plazas de médico que le acaben siendo asignadas dentro del proceso de contratación que el Sergas anunció a comienzos de este mes.

El último trámite para que la antigua Comandancia Naval sea adquirida por el Concello, y a continuación puesta en manos de la Consellería de Sanidade, es el visto bueno de Patrimonio del Estado a la operación. Algo que debería suceder en cuestión de semanas. A partir de ese momento, comenzará la verdadera cuanta atrás para la construcción de las instalaciones. Los más optimistas consideran que pueden estar listas en un par de años.

La mejora con respecto al edificio de San Roque, que acaba de cumplir cincuenta años, será evidente. Todos los servicios existentes verán incrementado su espacio. El nuevo ambulatorio superará los cinco mil metros cuadrados, lo que supone un incremento del 55 % con respecto a la superficie disponible actualmente. Entre otros, habrá tres despachos más de medicina general, para completar un total de 17. En general, el número de consultas se elevará a 56. Pero, lógicamente, el esfuerzo material requiere un refuerzo paralelo de la plantilla para no verse relegado a figurar como un mero continente bonito. A la vista está.