Illas Atlánticas desde el mar: un planazo en cualquier época del año

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

ADRIÁN BAÚLDE

La Xunta presenta su apuesta para desestacionalizar las visitas al parque nacional

30 mar 2023 . Actualizado a las 20:47 h.

En días soleados y brillantes como este martes, Arousa es un lugar ideal para el dolce far niente. A estas alturas, ese es un secreto a voces: cada verano, miles de personas eligen nuestras cosas para disfrutar de sus vacaciones entre chapuzones, paseos y buenas comidas. Lo que muchos de esos visitantes ignoran —a veces parece que pasa desapercibido incluso a quienes aquí viven— es que la ría está llena de encantos que cambian con las estaciones, con las mareas, con la luz del día. Y precisamente de eso quiso hablar este martes la conselleira de Medio Ambiente, Ángeles Vázquez, quien presentó en Vilagarcía el programa que su departamento ha puesto en marcha con el objetivo de desestacionalizar las visitas al Parque Nacional das Illas Atlánticas y ampliar la oferta para disfrutar de ellas de maneras diferentes en cualquier momento del año.

Para que su mensaje quedase bien claro, buscó el departamento de Ángeles Vázquez la complicidad de todo un lobo de mar, Isidro Mariño, el patrón del Chasula. Su barco, construido a mediados del siglo pasado, forma parte de esa flota sostenible y respetuosa con el medio que se ha ido formando en Arousa alrededor del Parque Nacional, y de la que forman parte otras iniciativas como Amare, Albamar, Corticata... Al Chasula se subió un grupo formado por personal de la conselleira y la dirección de Illas Atlánticas para salir a dar un paseo por la ría, con Cortegada como eje central. Y eso, que en ningún momento se puso pie en tierra.

Vázquez no ocultó que para ella la singladura resultó una experiencia deliciosa. El barco se acercó a Malveiras para descubrir el cruceiro del único viacrucis marítimo que hay en el mundo, el instalado por la Ruta Xacobea do Mar de Arousa para marcar el camino que en su día siguió la lancha de piedra del Apóstol Santiago. En unas rocas, las garzas descansaban disfrutando del sol, y hasta unos arroaces salieron a saludar al barco. Todo ello, mientras a bordo Isidro respondía a las preguntas de la conselleira con la pasión de quien ama su oficio y María, de la empresa Arenaria, explicaba por qué se forman las perlas en las ostras y en otros bivalvos.

El Chasula, indicaba con conocimiento de causa Ángeles Vázquez, ofrece una mezcla de turismo «etnográfico, para coñecer as nosas artes de pesca, a biodiversidade do noso entorno e a nosa gastronomía». «Aquí, as explicacións que se dan en cada saída son feitas a medida», explicaba María. «Non é o mesmo falar cun grupo de rapaces que cun grupo no que hai xente de varias idades», recalca.

El Chasula, además, es uno de los barcos que han asumido el reto de intentar extender a todo el año las visitas al Parque Nacional y, en general, la navegación por todos los mares gallegos. Gracias a una subvención de la Xunta, este año ha realizado un amplio abanico de viajes que incluyen salidas de avistamiento de aves y mamíferos marinos; rutas por los islotes y piedras de la ría; o rutas intergeneracionales. La duración puede variar, en función de los intereses y las necesidades de quien se suba al barco en cada ocasión. Y en el transcurso del recorrido, siempre hay un momento para que la cocina del Chasula se ponga en marcha para ofrecer a los invitados de cada jornada bocados elaborados con productos marinos y de temporada. En esta ocasión, tocó empanadas —de pulpo con queso y de volandeiras— y un sorprendente y sabroso guiso de navajas con patata. Isidro, como buen anfitrión, pregunta con su voz ronca si los platos estaban buenos, y como buen gallego se preocupa si no ve volar la comida de las bandejas.

Tras el delicioso ágape llegó la hora de poner rumbo a tierra, a la cotidianidad. Pero con el firme propósito de no olvidar que, como aseguraba la conselleira, «vivimos nun paraíso no que non sempre reparamos».

El plan de usos de Areoso, a partir del próximo verano

La expedición organizada ayer por la Consellería de Medio Ambiente pretendía servir de pistoletazo de salida a la temporada alta en el Parque Nacional das Illas Atlánticas, que el año pasado recibió 490.000 visitantes, de los que 14.000 acudieron a las islas durante la Semana Santa. Este año, las previsiones de la Xunta son buenas, y Ángeles Vázquez señaló que «polo momento xa hai algo máis de 6.000 autorizacións confirmadas para viaxar ao parque entre o 31 de marzo e o 9 de abril», aunque todo apunta que esa cifra crecerá mucho en los próximos días. El año pasado, el parque nacional batió todos los récords de asistencia. En Cortegada, quizás la menos conocida de las Illas Atlánticas, se registraron 7.762 visitas, lo que supone un 35 % más que en el año anterior. En el caso de la isla vilagarciana, los cupos de visitas están fijados en 250 personas cada día.

«Dende a Xunta temos que preservar os espazos», recalcó la conselleira. Y en ese sentido, era inevitable la referencia a Areoso, un «sitio fantástico pero que se nos estaba indo un pouco das mans, mesmo en seguridade». La Xunta ha elaborado un plan de usos que debería empezar a funcionar esta Semana Santa, pero por el que finalmente habrá que esperar al próximo verano. Al documento inicial se presentaron casi 400 alegaciones. «Endexamias facemos un plan de conservación sen falar cos alcaldes, coa xente do mar, cos ecoloxistas, tentando alcanzar un equilibrio», señala Vázquez, quien asegura que se «está acabando de cerrar o asunto cos alcaldes». Atendiendo a las alegaciones, se incrementará a 150 el número de visitantes diarios permitidos en Areoso, pero sin alterar su capacidad de carga: se introducirá un tercer turno de visitas. Las autorizaciones de fondeos y atraques se incrementarán en un 50 %. Además, se permite el acceso a Rúa y a Pedregoso fuera del período de cría, el submarinismo recreativo y deportivo en apnea y la pesca lúdica, excepto en los 200 metros que rodean Areoso.