Nuevas embarcaciones y voluntarios se incorporan a la búsqueda del bateeiro desaparecido en Ons

La Voz

A ILLA DE AROUSA

MARTINA MISER

Un barco mejillonero se ha trasladado a la zona para dar soporte a los buceadores que siguen sumergiéndose en la zona

13 feb 2020 . Actualizado a las 14:00 h.

La jornada amaneció más sombría de lo esperado, pero a medida que transcurre la jornada, las condiciones en el entorno de Ons han ido mejorando. Allí sigue desplegado el operativo de búsqueda de Iván Otero, «Harry», el joven de treinta años que desapareció el martes cuando el mar golpeó la embarcación en la que viajaba con uno de sus hermanos y un compañero más por las inmediaciones de la isla. Se habían acercado hasta allí para comprobar si había o no, mejilla que recoger. Entre olas de entre cinco y siete metros, la embarcación volcó, arrojando al agua a los tres hombres. Aunque nadaron hasta la extenuación, aunque llegaron a aferrarse a las rocas, finalmente Iván no logró ponerse a salvo: el mar se lo llevó. Y desde entonces, un número creciente de personas lo está buscando.

A los medios oficiales se sumaron, desde un primer momento, embarcaciones de A Illa que de forma voluntaria, tal vez también algo desesperada, se lanzaron a buscar a Iván. Mientras las embarcaciones Punta Roncadoiro y Punta Falcoeira recorren el entorno de Ons y Sálvora, lanchas como la de la cofradía de Cambados, junto con otros barcos particulares, hacen lo que pueden. Esta mañana, a las diez y media, se sumó al dispositivo un helicóptero de la Guardia Civil que sobrevuela el espacio entre Finisterre y la entrada norte de la ría de Arousa. Por tierra, además de los efectivos de Protección Civil de O Grove y Sanxexo, se han incorporado a la búsqueda efectivos del GES de Muros, que están revisando la costa desde O Pindo hasta Muros. 

Quedan, aún, los buzos. Submarinistas de A Illa y de otros puntos que se han vuelto a hacer al mar para intentar encontrar a Iván. En esta ocasión, un barco bateeiro de A Illa ha ido a darles soporte técnico, para que tengan un lugar en el que cambiarse y descansar durante su agotadora jornada contra el reloj.