El paso de catorce mil vehículos cada día aísla Bamio del resto de Vilagarcía

Serxio González Souto
SERXIO GONZÁLEZ VILAGARCÍA / LA VOZ

CATOIRA

MARTINA MISER

La Xunta sopesa extender las aceras de Carril hacia la rotonda de O Salgueiral para ofrecer una conexión peatonal a los vecinos

17 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Puede parecer sorprendente, pero algo tan básico como la construcción de unas aceras puede convertirse en un proceso largo, tedioso y, sobre todo, incierto. Lo saben perfectamente los vecinos de Bamio, que tardaron diez largos años en ver hecho realidad el compromiso que Xosé Cuíña asumía en 1998: dotar a la parroquia de una zona de seguridad para los peatones a lo largo de la vieja carretera a Catoira, la PO-192. Las obras no concluyeron hasta el 2008, cuando otros tres conselleiros ya habían pasado por el cargo. Los habitantes del extremo norte de Vilagarcía defienden una reclamación semejante, ahora para conseguir algo que se diría tan lógico como poder ir andando más allá de su entorno inmediato. No hay aceras que comuniquen Bamio con el resto de la capital arousana, del que lo separa un denso tráfico rodado: nada menos que los catorce mil vehículos que cada día recorren el nudo de O Salgueiral.

El Concello ha tomado nota y propone una ruta alternativa que desde hace largo tiempo utilizan los vecinos: el camino que discurre por la parte posterior de la gasolinera de O Salgueiral y salva la vía del ferrocarril por el puente de la antigua carretera, en desuso para los vehículos pero apto para ser recorrido a pie. Existen, sin embargo, tres problemas. Aunque el tramo ha sido despejado de maleza, su superficie está muy lejos de ser homogénea, falta en él iluminación y, sobre todo, conduce a una de las orillas de la carretera PO-548, entre la rotonda y Carril. En ella tampoco existen aceras. La competencia para construirlas corresponde, en este caso, a la Consellería de Infraestruturas e Vivenda.

Estudio después de Navidad

Los técnicos del departamento autonómico, titular de la vía, inspeccionaron la zona recientemente, hace unas tres semanas. Les acompañó el concejal de Obras de Vilagarcía, el socialista Lino Mouriño, ante quien se comprometieron a redactar una propuesta y sentarse a abordarla con seriedad una vez transcurrida la Navidad. La idea que la Xunta sopesa es extender las aceras de la PO-548, que mueren con la calle Cervantes, hacia el acceso a la urbanización de A Tomada y la rotonda de O Salgueiral, de forma que den continuidad a ese camino posterior, que también sería acondicionado.

La consellería buscará, asimismo, una forma para que los vecinos accedan al cementerio sin jugarse la vida. Aunque la solución, aquí, se antoja más compleja.

 Patrimonio, la carretera y la Pedra do Encanto

Do Monte Lobeira, á Pedra do Encanto, hai unha mina de sete reinados; sete de ouro, sete de prata, sete de veleno que mata». Esta es una pequeña muestra de la poderosa tradición oral asociada a la denominada Laxe do Meadelo o Pedra do Encanto, en O Salgueiral. Nadie diría que el fragmento de roca que hoy puede observarse malamente a un lado de la carretera PO-192 sostuvo en su día un extraordinario conjunto de petroglifos, descubiertos, dibujados y divulgados por primera vez en 1909, de manos del artista Enrique Campo Sobrino. Fermín Bouza Brey lo estudia sistemáticamente a partir de 1927. Las leyendas sobre mouras, serpientes y tesoros rodean a la Pedra do Encanto, pero no la salvan de ser fragmentada cuando se construye la carretera entre Bamio y Catoira. Algo de su esplendor se conserva todavía sobre sus restos maltratados.