Una indisposición del conductor pudo provocar el accidente mortal de Carracedo

Rosa Estévez
rosa estévez CATOIRA / LA VOZ

CATOIRA

MONICA IRAGO

El Concello de Catoira lleva años pidiendo que se elimine un tramo de curvas en el que se han registrado numerosos siniestros con nefastos desenlaces

15 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Una cadena de infortunios parece haber conducido al fatal desenlace escrito este miércoles en Carracedo, donde una vecina de Catoira, de 77 años de edad, perdió la vida en un accidente de tráfico. Viajaba en el coche con su esposo, al que acompañaba a una consulta médica en Montecelo, y uno de sus hijos al volante. El conductor había llegado unos días antes desde Canarias, donde vive desde hace años, para pasar unos días de descanso con su familia. Al parecer, se habría sentido indispuesto mientras guiaba el vehículo, y antes de lograr detenerlo los acontecimientos se precipitaron: el turismo se salió de la calzada en Carracedo, voló unos sesenta metros y dio varias vueltas de campana mientras caía por el terraplén.

Los restos mortales de María del Carmen Coira Lorenzo llegaron ayer al tanatorio de Catoira. El funeral tendrá lugar hoy, a las doce menos cuarto de la mañana, en la iglesia parroquial de Dimo.

La muerte de esta vecina de Catoira ha causado una honda conmoción en la villa vikinga, donde la mala fama de la carretera que une esta localidad con Caldas crece, alimentada por el rosario de sucesos graves que allí han ocurrido. En la memoria de los vecinos sigue vivo el recuerdo del autobús siniestrado en esa vía en el año 2010: se dirigía a una boda cuando se salió de la carretera, dejando 24 personas heridas y un fallecido. No fue el único siniestro mortal, de hecho, este mismo mes de agosto un Guardia Civil que estaba de servicio falleció al salirse de la vía con su motocicleta.

El alcalde de Catoira, el socialista Alberto García, tiene claro que este rosario de accidentes no es fruto de la casualidad. El primer edil recuerda llevar «trinta anos» reclamando a la Diputación Provincial, titular de la EP-8001, un proyecto que permita eliminar las peligrosas curvas que existen en ese tramo: en apenas ocho kilómetros se cuentan hasta una treintena de ellas. «Moitas innecesarias e que non teñen razón de ser», dice García, quien aporta como pruebas de su insistencia sobre esa cuestión varios escritos remitidos a la Diputación desde el año 2004. En todos ellos, el Concello recalca que las curvas que querían ver eliminadas «son moi perigosas» y que en esa vía «teñen lugar moitos accidentes».

El momento del arreglo parecía haber llegado en el 2012, cuando la Diputación abordó por fin el acondicionamiento de la vía. Pero las curvas no se tocaron. Y, de momento, ahí continúan.