Manifiesto del trío calaveras

VILAGARCÍA DE AROUSA

Martina Miser

Rosendo y sus dos complinches firman un tremendo concierto en su regreso al parque de A Xunqueira

16 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Definitivamente, no hay manera. Ocurrió con Siniestro hace un par de años y sucedió de nuevo el lunes. Las barras indie, amigos, solo son fiables cuando uno no tiene sed. Vaya por delante que el tamaño de las cañas no estaba nada mal. Desafortunadamente, no solo se quedaron cortos los tres grifos de cerveza en los que el personal abrevaba. Además se estropearon. Menos mal que el meollo de la cuestión se solventaba sobre el escenario. Al frente del asunto, Rosendo, el único Mercado fiable. Junto a él, Rafa Vegas al bajo y Mariano Montero a la batería, el trío calaveras al que se rindió el mismísimo conselleiro de Cultura, que por ahí andaba. La guitarra del carabancheleiro se basta y se sobra para llenar cualquier hueco. «De Escalde Y Trinchera» deja claro que el maestro sigue en forma. Pero el concierto entero hubiese quedado justificado con «Qué Desilusión», el clásico de Leño cuya imprescindible influencia volvería a sobrevolar Vilagarcía en los bises, con «Maneras de Vivir». «Bona noite», saludó Rosendo, para a continuación corregirse: «¿No es así, no?». Parco en palabras, nuestro hombre habla en sus letras, cada vez más afiladas. «Agradecido», «Amaina Tempestad», «Flojos De Pantalón»... De postre, «Navegando» y una visita a los acogedores baños que el Concello ha instalado en A Xunqueira. A uno, que ha vivido en sitios mucho peores que estos váteres, le entraron ganas de quedarse a dormir en ellos en lugar de ir a naufragar en la barra de algún bar. Pero no.