Tomás Fole deja la política municipal tras catorce años en el Concello

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

OSCAR VíFER

El PP no desvela quién asumirá la portavocía del grupo, al que se unirá Manuel Méndez

14 oct 2017 . Actualizado a las 19:13 h.

Tomás Fole anunció ayer por la tarde que abandona la política municipal. Tras catorce años, cuatro de los cuales fue alcalde de la ciudad, se va «con la mochila llena de buenos recuerdos y de mucho trabajo». Se va, también, «con la cabeza alta, la conciencia tranquila» y la sensación de haber hecho las cosas bien. Se marcha con la mirada puesta en Madrid, donde su trabajo como diputado en el Congreso le reclama cada vez más tiempo. «La agenda de Tomás era cada vez más complicada», explicaba ayer el presidente del PP de Vilagarcía, Alfonso Gallego. Con el partido inmerso en un lento pero imparable proceso de renovación, se llegó a la conclusión de que había llegado la hora de que el portavoz municipal cediese el testigo. Eso fue lo que se hizo ayer, en una reunión de partido primero, en un acto público después, en los que a Fole la emoción llegó a empañarle los ojos.

No ocultaba el exalcalde que cerrar una etapa de catorce años tiene una fuerte carga emocional. Pero en su caso, se congratulaba de poder hacerlo, de colocar el punto y final a su trayectoria municipal, sentado junto su sucesor como presidente local del partido. Esa imagen, dice, da la medida del grado de cohesión que ha alcanzado el PP de Vilagarcía. Y es que, cuando él llegó a la presidencia de la formación, tras lo que parecía una batalla suicida contra el candidato del partido, Javier Puertas, «en la foto estaba solo». Aquella soledad, mitigada por el calor de las bases, parece no haber sido olvidada. De hecho, aquel recuerdo alienta el empeño puesto en que la renovación del partido en Vilagarcía, encomendada hace un año por la dirección gallega, se hiciese de forma sosegada. Y ese objetivo, asegura Fole, se ha cumplido.

«El de hoy -decía el exalcalde visiblemente emocionado- es el broche de oro a ese proceso de fortalecimiento» al que el PP local ha sido sometido desde hace años. Fortalecimiento interno, y también externo, fruto de un trabajo incansable «de un grupo de gente, porque este es un trabajo en equipo». Una fortaleza que permitió escalar la alcaldía, ocuparla durante los tiempos de vacas flacas y perderla después de «haber cumplido el mandato que nos habían dado los ciudadanos»: recomponer la maltrecha situación económica municipal. Se hizo, dice Fole, y supuso un desgaste al que los populares achacan la pérdida de la capital arousana en favor del PSOE de Alberto Varela.

Las dudas

Asegura Fole que, aunque se va de la primera fila, seguirá siempre ahí, dispuesto a echar una mano al grupo municipal y a poner su experiencia al servicio del partido. «Le vamos a pedir opinión y consejo muchas veces», garantiza Alfonso González Gallego, quien ayer apenas ahondó en los cambios que le esperan al grupo municipal. La baja de Fole se hará oficial en el pleno ordinario del mes de octubre. En esa misma sesión se dará cuenta de la renuncia de Mónica Miguéns, que debería sustituirlo, pero que no lo hará por razones de incompatibilidad laboral.

La intención es que en la sesión plenaria de noviembre ya se pueda sentar junto a sus compañeros Manuel Méndez, que ya había sido concejal durante el anterior mandato. Lo que aún no se sabe es quién ocupará la portavocía del grupo municipal de los populares. «De eso os informaremos en breve», señalaba ayer González Gallego.