La primera ciclovía discurrirá entre O Piñeiriño y el ambulatorio

Antonio Garrido Viñas
antonio garrido VILAGARCÍA / LA VOZ

VILAGARCÍA DE AROUSA

MARTINA MISER

Ravella espera que pueda entrar en funcionamiento a mediados del próximo año

06 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Vilagarcía da otro paso hacia convertirse en una ciudad en la que los ciclistas puedan circular por ella sin temor a sufrir algún encontronazo con los automóviles. Ravella pondrá en marcha en el 2018 las ciclovías, unos carriles especialmente diseñados para que discurran por ellos y para que las bicicletas sustituyan a los coches como principal medio de transporte para los trayectos cortos.

El Concello ha encargado a Jam 2 Arquitectos, un estudio especializado en este tipo de trabajos, el proyecto para Vilagarcía. Y el resultado ha sorprendido a la propia Paola María, que confesó que la propuesta no es la que ella quizás habría diseñado. Fue Alexandre Mouriño, uno de los arquitectos, quien se encargó de explicar la hoja de ruta que han trazado. Una hoja de ruta que tiene tres fases, pero ya con la primera -en la que se trata de calmar al tráfico para que los vehículos circulen a la velocidad adecuada- prácticamente lista en la ciudad por las medidas que ha venido tomando Ravella en este aspecto.

Así las cosas, las obras de la fase dos -en la que se crearán las ciclovías- comenzarán a principios del 2018, según explicó la concejala de Urbanismo. Lo hará gracias a trescientos mil euros de los fondos FEDER que se destinarán a este fin y que servirán para que se cree la primera ciclovía. La intención de Ravella es que discurra entre el barrio de O Piñeiriño y la avenida Rodrigo de Mendoza hasta llegar a la rotonda de As Carolinas y, por lo tanto, al ambulatorio de San Roque. El Concello tiene que mandar una solicitud a la Xunta para que otorgue el correspondiente permiso porque la avenida de Cambados es de titularidad autonómica. Paola María considera que no debería haber problemas al respecto. Esa segunda fase tendrá continuación desde la rotonda de As Carolinas hasta O Ramal para circular luego por la avenida da Mariña. El presupuesto se eleva a los 866.734 euros.

La tercera fase extenderá las ciclovías hasta Carril y Vilaxoán. Lo hará en dirección al norte de Vilagarcía por la avenida Rosalía de Castro y no por el carril bici de la playa porque el espíritu de este tipo de vías es que se utilicen como medio de transporte y no como ocio. Esta última fase tendría un presupuesto de 803.000 euros.

Evidentemente, los ciclistas también podrán utilizar las calles peatonales para sus desplazamientos pero, como recordaron ayer desde Ravella, en ese tipo de vías la preferencia es siempre del peatón.

¿Cómo se van a delimitar esas ciclovías? Alexandre Mouriño explicó que todo dependerá de la densidad y del tipo de tráfico con el que tengan que convivir. Serán unos carriles de 2,5 metros de ancho y bidireccionales, que se colocarán a uno de los lados de la calzada. Es decir, los ciclistas circularán por ellos en ambos sentidos. Una de las acciones que se acometerán será colocar pivotes verdes para delimitarlos en algunas zonas y conseguir, de este forma, incrementar la sensación de seguridad para quienes los utilicen. Mouriño también explicó que en algunos tramos habrá que eliminar plazas de aparcamiento para que se pueda compatibilizar el paso de los vehículos con el de los ciclistas.

De todas formas, como especificaron desde el estudio de arquitectura, el éxito o fracaso de la iniciativa dependerá, básicamente, de que los ciudadanos la utilicen. Paola María es optimista al respecto.

«Vilagarcía es un edén sin explotar para este tipo de vías. Es el escenario ideal»

La firma Jam 2 Arquitectos tiene su sede en Vigo, ciudad que, por su orografía, tendría muy complicado sacar adelante un proyecto como al que se ha lanzado Ravella. «Vilagarcía es un edén sin explotar para este tipo de vías. Es el escenario ideal porque tiene una escala perfectamente abarcable en bicicleta», aseguró Mouriño.

El arquitecto explicó los pasos que han seguido para preparar el proyecto. Se trata, en primer lugar, de hacer un estudio del tráfico, de su densidad y del tipo de vehículos que circulan por las distintas vías, para analizar en cuáles sería más adecuado instalar las ciclovías. A partir de ahí, y tras la indispensable fase del calmado del tráfico, llega otro punto que también es muy importante y sobre el que hizo especial incidencia Mouriño. Se trata de realizar una buena política de promoción para que el ciudadano apueste por su bicicleta como medio de transporte para acudir al trabajo o a la compra y no solamente como vehículo para el ocio. «Hay que conseguir que el mayor número de usuarios la utilice», subrayó.

El caso de Sevilla

El ejemplo de Sevilla, donde funcionan este tipo de vías desde principios del presente siglo, es clarificador. En apenas unos años, el número de usuarios que utilizaban la bicicleta para realizar sus desplazamientos creció de manera exponencial y, además, los datos reflejan que aumentó considerablemente la seguridad de los propios ciclistas. según refleja un informe que se publicó en el año 2015 sobre la movilidad ciclista en la capital hispalense.