La PDRA denuncia que los vertidos de la mina de Touro llevan treinta años contaminando la ría

Rosa Estévez
Rosa Estévez VILAGARCÍA

VILAGARCÍA DE AROUSA

MARTINA MISER

El colectivo presenta alegaciones al «proyecto temporal de drenaje» presentado por la empresa

22 feb 2019 . Actualizado a las 22:19 h.

Treinta años lleva Arousa recibiendo, de forma constante y silenciosa, vertidos contamiantes que tienen su origen en la mina de cobre que en su día funcionó en Touro. Así lo sostiene la Plataforma para a defensa da ría, que esta mañana ha convocado una rueda de prensa para anunciar que va a presentar alegaciones a un proyecto de drenaje con el que Cobre San Rafael atiende a una exigencia de Augas de Galicia. Pero vayamos por partes, intentemos no perdernos en el laberinto en el que se ha convertido un asunto que alarma, y mucho, a todos aquellos que trabajan en la ría, viven de la ría o beben del Ulla.

Según el relato de la PDRA, que esta acompaña con un dosier de documentos, la vieja mina siempre ha vertido a las aguas superficiales y subterráneas, canalizando esa contaminación hacia el Ulla. El proyecto para reactivar la mina de Touro hizo que en esos vertidos, ocultos y olvidados durante treinta años, se fijasen muchas miradas. La presión social ante las continuas denuncias de lo que estaba pasando habría llevado a Augas de Galicia a realizar una inspección, a raíz de la cual requirió a la empresaria minera un proyecto de drenaje, tratamiento y control de aguas. Ese «proyecto temporal» ha sido presentado. Y la empresaria ha solicitado ahora a la Xunta una autorización de vertidos contaminantes.

«Queda constatado, tanto na documentación da empresa como na da Xunta, que a miña de Touro está a provocar vertidos contaminantes aos ríos da contorna». Vertidos que, asegura el colectivo, la Xunta conoce desde siempre a través de la red de control de Augas de Galicia. Vertidos, sigue la PDRA, que han sido consentidos y que desembocaban, a través de Ulla, en la ría de Arousa, la gran despensa marina de Galicia.

Desde la plataforma consideran que este asunto es muy grave. Y no dudan en relacionar esa contaminación crónica con los problemas de producción que, cada vez más, presenta la ría y que tienen su mayor exponente en la desaparición del berberecho. Y es que, aunque es una enfermedad oportunista la que acaba con él, lo cierto es que la ceda contaminación se asocia con el debilitamiento de los organismos, haciéndolos más vulnerables a cualquier mal.

Teniendo en cuenta todo esto, la PDRA solicita que no se conceda el permiso de vertidos y que se asuma, de una vez por todas, la restauración de los terrenos de la vieja mina.